En un movimiento sorpresivo y lamentable, Women Who Code (WWC), una organización caritativa dedicada a apoyar a las mujeres en el sector tecnológico, ha anunciado su cierre debido a problemas de financiación. Este hecho afecta a las 360,000 personas pertenecientes a su comunidad en 145 países, y resalta las dificultades continuas para mantener iniciativas de diversidad en un sector dominado tradicionalmente por hombres.
Fundada en 2011 por un grupo de ingenieras en San Francisco, Women Who Code se convirtió en una organización sin fines de lucro en 2013 y creció hasta alcanzar una presencia global. La organización ha sido un recurso invaluable, ofreciendo más de 20,000 eventos y distribuyendo $3.5 millones en becas. Sus actividades incluyeron eventos de networking, conferencias con oradores y talleres de desarrollo de habilidades técnicas. Sin embargo, a pesar de generar casi $4 millones en 2022, sus gastos superaron ligeramente esa cantidad, lo que evidencia los desafíos financieros a los que se enfrentaba.
Reacciones de la comunidad
La noticia del cierre ha generado una ola de reacciones en redes sociales y plataformas como X (anteriormente Twitter), donde muchas ex miembros y simpatizantes han expresado su tristeza y sorpresa. Mujeres destacadas en el sector, como Jessica Mu, vicepresidenta de tecnología de Artest Management Group, y Cassidy Williams, directora de tecnología en Brainstory, han compartido cómo WWC les proporcionó un espacio crucial de apoyo y camaradería en una industria predominantemente masculina.
Situación actual del sector tecnológico
A pesar de los esfuerzos de muchas organizaciones y empresas, la representación femenina en las grandes compañías tecnológicas de EE. UU. solo alcanza aproximadamente el 34%, según la plataforma de carreras Zippia. Figuras como Tim Cook, CEO de Apple, han reconocido que no hay excusas válidas para la falta de mujeres en el sector, lo que refuerza la importancia de organizaciones como WWC.
Iniciativas similares y su impacto
Comparativamente, otras organizaciones como Girls Who Code y AnitaB.org han trabajado para mejorar la representación femenina en tecnología mediante programas de educación y mentoría. Estas organizaciones muestran que es posible sostener iniciativas de diversidad con modelos de financiación adecuados y el apoyo continuo de la industria.
La desaparición de Women Who Code es un golpe a las mujeres en tecnología y un llamado a la acción para la industria. Es crucial que se encuentren modelos de financiación sostenibles y que las grandes empresas tecnológicas reevalúen y fortalezcan su compromiso con la diversidad y la inclusión. La visión de una industria tecnológica donde las mujeres y personas históricamente excluidas prosperen aún no se ha cumplido, y es responsabilidad de todos en el sector trabajar hacia ese objetivo.