Cuando se trata de la fauna marina, una de las especies que más intriga genera son las medusas, debido a su forma y a la capacidad que poseen de habitar a miles de metros en las profundidades del océano.
Una de ellas es la Cytaeis Uchidae, una medusa diminuta que habita en la costa de Japón, la cual ha sido el objeto de un proyecto llevado a cabo por un equipo del Instituto de Investigación Científica RIKEN.
Se trata de la creación de una proteína verde fluorescente brillante y fotoestable. Los resultados de este trabajo fueron publicados en una revista especializada donde se menciona que la proteína creada por el equipo tiene la capacidad de mantener su brillo aun y cuando es irradiada con luz intensa, lo cual representa un logro importante a futuro para la obtención de imágenes fluorescentes de material biológico.
En ese sentido, las proteínas que generan luz verde al ser iluminadas pueden ser usadas como instrumentos para captar imágenes de la intrincada arquitectura celular.
Cabe mencionar que estas proteínas fluorescentes pueden ser capaces de unirse a estructuras objetivo de interés que al ser expuestas a la luz azul pueden iluminarse.
Si bien los investigadores desean usar la menor cantidad de proteínas fluorescentes para no interferir con las funciones biológicas normales de la medusa, esto solo es posible con ayuda de una luz potente para obtener imágenes de alta calidad. Sin embargo, el brillo de una proteína fluorescente se ve disminuido de forma considerable debido a un proceso llamado fotoblanqueo.
De manera que para resolver esta situación Atsushi Miyawaki, junto a sus colegas del centro RIKEN, se dieron a la tarea de desarrollar la proteína fluorescente para desafiar la relación de compensación entre la luminosidad y la fotoestabilidad.
Es así como esta proteína, de nombre StayGold, resulta 10 veces más fotoestable en comparación con otras de carácter comercial. Al respecto, Miyawaki expresó lo siguiente en un comunicado:
Nos dimos cuenta de que la proteína fluorescente de la medusa era fotoestable, pero muy tenue. Y no era optimista en cuanto a hacer la proteína más brillante manteniendo esa fotoestabilidad, porque simplemente creía en la compensación.
Una vez obtenida esta proteína el equipo procedió a utilizarla para fotografiar la red del retículo endoplásmico, así como también las mitocondrias de las células, logrando con ello una notable mejora en la resolución espacio-temporal y en la duración de la observación.