La energía nuclear es de lo más potente que conocemos actualmente, pero el riesgo de tenerla en la superficie de la Tierra es demasiado alto como para tenerla en cuenta en las necesidades diarias. La energía de fusión sería otra cosa, pero aún estamos lejos para que sea una realidad, así que mientras tanto solo podemos soñar con la fisión, pero fuera del planeta.
Así lo entienden en la NASA, quienes tienen claro que la energía nuclear es el ingrediente adecuado para competir con China en la carrera espacial.
Varios expertos aeroespaciales se han asociado con la NASA con el objetivo de ver soluciones para acelerar y aumentar las inversiones para estimular el desarrollo de naves espaciales de propulsión nuclear, algo ya expresado en la audiencia del comité del Congreso .
Las naves con un cohete térmico nuclear podrían llegar a Marte en solo tres o cuatro meses, eso es la mitad de tiempo de lo que se tarda hoy con propulsión líquida. China sí está invirtiendo en ese aspecto, y seguramente liderará el sector dentro de poco gracias a la ausencia de límites en el uso nuclear.
Estados Unidos necesita moverse a un ritmo rápido para mantenerse competitivo y seguir siendo un líder en la comunidad espacial global.
Se han puesto las pilas después de que algunos informes sugieran que China había probado con éxito un nuevo cohete orbital potencialmente capaz de lanzar armas nucleares a velocidades supersónicas. Estos misiles hipersónicos con ojivas nucleares podrían eludir los sistemas de alerta temprana, por o que el riesgo es obvio. El uso en tecnología espacial es diferente, pero tienen los mismos límites geopolíticos.
China ya ha puesto un rover en Marte, ha comenzado el ensamblaje de una estación espacial habitable en órbita terrestre baja, y seguramente se asociará con Rusia para instalar una base en la superficie de la luna, antes que Estados Unidos.
La NASA comenzará ahora a recibir dinero para crear proyectos que lo mantengan en el liderazgo internacional en lo que a Tecnología Espacial se refiere, y la energía nuclear está sobre la mesa.
Un desafío central en el desarrollo de motores nucleares implica identificar o fabricar materiales capaces de resistir el calor y la exposición necesarios para funcionar en el espacio. Si conseguimos llegar a Marte en menos tiempo, los astronautas podrían pasar más tiempo en el planeta y menos viajando.
Esperemos que no sea una escusa para volver a construir armas nucleares «por si acaso».