Entre las denominadas tierras raras se encuentra el elemento terbio, utilizado en diversas aplicaciones químicas, incluyendo insumos de rayos x, lámparas fluorescentes de bajo consumo, baterías de automóviles y otros dispositivos electrónicos.
Un equipo de investigadores desarrolló un sensor que permite detectar la presencia de este elemento en áreas de difícil exploración, como en el tratamiento de desechos en la minería.
Rescatando el terbio que antes se desperdiciaba
Las tierras raras son altamente cotizadas. Su rareza no radica precisamente en su escasez, pues, al menos en el caso de algunos elementos, es posible encontrar ejemplares de estos en yacimientos a lo largo de todo el mundo. Más bien, lo exótico de estos elementos es lo difícil que resulta encontrarlos en estado puro.
Junto al escandio, itrio y los restantes 14 elementos del grupo de los lantánidos, el terbio es un representante más dentro de la categoría de tierras raras. En particular, este elemento es escaso, pues sólo es posible encontrarlo contenido en proporciones que no superan el 1% dentro de otros elementos y nunca en estado libre.
Con el patrocinio de la Fundación Nacional de Ciencias estadounidense, un equipo de investigación desarrolló un sensor luminiscente que puede detectar y medir la presencia de este elemento en entornos de esquivo análisis. Este dispositivo fue utilizado para analizar las muestras de una instalación de tratamiento de desechos de minas ácidas, que tenía bajos niveles de terbio y contenía rastros de otros metales. Según señala el reporte de esta investigación, el sensor funcionó “tan bien como la espectrometría de masas ICP-MS, que durante mucho tiempo se ha considerado el estándar de la industria”.
La aplicación de un sensor en las tareas de búsqueda de este mineral puede implicar la reducción e incluso —si se mira con optimismo— la futura erradicación de las prácticas de recolección de estos cotizados materiales, que hoy en día generan un impacto ambiental de consideraciones.
Con este desarrollo tecnológico, se incentiva la creación de una cadena de suministro de tierras raras que no interfiere con otros procesos industriales, apoyando la identificación y cuantificación de estos valiosos materiales en fuentes abundantes. De acuerdo a lo afirmado por los científicos del estudio, las posibilidades de exploración se extienden a los depósitos de desechos industriales y los subproductos de fabricación como el drenaje ácido de la minería y los desechos del carbón.
El sensor presentado fue definido como un dispositivo portable, asequible y capaz de trabajar en condiciones ambientales por debajo de las óptimas. Los investigadores afirman que con esta propuesta “transformarán la forma en que los metales de tierras raras se identifican, obtienen y gestionan de manera sostenible”.
Fotografía del encabezado: Images of Elements.