A comienzos de año comentábamos las potentes cualidades de DALL-E, un sistema de inteligencia artificial que a través de una red neuronal puede generar imágenes basadas en una descripción textual.
Aquella herramienta no se encuentra disponible lista para ser usada desde la web, pero la tecnología tras ella es de libre acceso. Un portal de Internet , usando un mecanismo de IA similar, planteó una interesante dinámica interactiva para aprovechar esta herramienta.
Art by An AI, una galería de arte digital colaborativa
Art by an AI se presenta como una competencia diaria. Cada 24 horas, son renovadas las diez imágenes que aparecen exhibidas en su portada, todas generadas por Alice, su IA.
Utilizando los algoritmos VQGAN y CLIP, Alice es capaz de generar imágenes en base a una descripción en texto, bajo una dinámica similar a la de DALL-E. Lo interesante es que la elección de las frases o conceptos a utilizar se define en una votación abierta. Cualquier visitante puede presentar su propuesta, esperando obtener durante el día la cantidad de votos suficiente como para aparecer entre las diez principales preferencias.
A las 12:00 UTC de cada día, las imágenes son removidas de la plataforma para siempre, con el fin de dotarlas de cierta exclusividad. De la mano con aquel aspecto, las ilustraciones publicadas se comparten comprimidas, en una resolución reducida, pues sólo durante su exposición se ofrece la posibilidad de adquirir un póster o lienzo con un duplicado impreso de alta calidad, ampliado mediante IA, siempre que el resultado generado sea de una calidad aceptable.
Dentro de la versatilidad con la que se ha demostrado que es posible darle usos a la inteligencia artificial, la generación de imágenes ha sido uno de sus aspectos más llamativos, pero a la vez difíciles de acceder en su máximo esplendor desde la vereda de los usuarios finales. Así como DALL-E fue presentado principalmente a nivel conceptual, para su uso en entornos de desarrollo e investigación, otras herramientas como This Person Does Not Exist permiten a sus usuarios solicitar la generación de nuevas imágenes (de rostros, en este caso), pero sin la posibilidad de alterar algún parámetro.
En el caso de esta galería de arte virtual, aunque la participación no es totalmente directa y libre, se añade un componente interactivo que permite por lo menos probar suerte. Además, en caso de que el concepto planteado sea lo suficientemente popular, se abre una instancia para verificar si la idea inicialmente concebida en nuestra mente se acerca a lo que esta IA es capaz de generar.