En marzo, Facebook confirmó que se encuentra trabajando en un proyecto que daría origen a una versión especial de Instagram para niños, que le otorgaría a los menores de 13 años la posibilidad de hacer un uso supervisado y limitado de la plataforma.
Como respuesta, se hizo pública una carta dirigida a Facebook, emitida por un grupo de 35 asociaciones de defensa de consumidores, junto a 64 expertos en infancia que firmaron individualmente. El texto contiene una petición para que la compañía desestime esa iniciativa.
Solicitud colectiva para detener la creación de un “Instagram Kids”
La petición fue encabezada por Campaign for a Commercial-Free Childhood, organización estadounidense dedicada a la protección de la infancia en entornos digitales. A través de su sitio web, fue liberada una carta de 10 páginas que expone los fundamentos de los firmantes para presentar esta solicitud. También, a través del mismo portal, se encuentra abierta una petición colectiva, que busca recopilar firmas adicionales de otros internautas adherentes a la causa.
El grupo emisor de esta carta, respaldandose en estudios recientes, afirma que la exposición a temprana edad a las redes sociales puede influir en su desarrollo personal y activar ciertos peligros. «Instagram, en particular, explota el miedo de los jóvenes a perderse y el deseo de aprobación de sus pares para alentar a los niños y adolescentes a revisar constantemente sus dispositivos y compartir fotos con sus seguidores», señala parte de la carta.
En estos espacios, tener una mayor exposición o por presentar indicadores de popularidad en la red, pueden tener origen en presiones sociales o autoimpuestas. Este problema, común en el público joven de la plataforma, podría presentarse de una forma más agresiva en un público de menor edad, según lo planteado en la carta. «El enfoque implacable de la plataforma en la apariencia, la auto-presentación y la marca presenta desafíos para la privacidad y el bienestar de los adolescentes. Los niños más pequeños están aún menos equipados para hacer frente a estos desafíos, ya que están aprendiendo a navegar por las interacciones sociales, las amistades y su sentido interno de fortalezas y desafíos durante esta ventana crucial de desarrollo», menciona otro fragmento del texto.
La petición también hace énfasis en otro tipo de efectos colaterales de la temprana exposición excesiva al uso de pantallas que eventualmente despertaría Instagram en su nuevo público objetivo. Menor calidad de sueño, reducción del bienestar psicológico y potencial de desarrollar depresión, pensamientos suicidas u obesidad.
Otro indicador preocupante mencionado en la carta es la publicación de contenido sexualizado en las redes, una tendencia creciente en adolescentes, utilizada como una vía para captar mayor atención, infravalorando los riesgos asociados, como la exposición a situaciones de acoso u otros escenarios aún más graves.
Además, la recomendación algorítmica de contenidos, un elemento clave de Instagram para la circulación de contenido, encendió también las alertas de los grupos emisores de la petición, ya que la manipulación tendenciosa de estas recomendaciones podría utilizarse para aprovechar que los menores generalmente son «altamente persuadibles», según los firmantes.
Por su parte, Facebook de momento defiende su propuesta, alegando que ya hay menores usando Instagram con edades falsas y que otras empresas ya han implementado soluciones similares, como TikTok y su control parental. En este caso, la responsabilidad del control de ciertos aspectos de la actividad de los menores en Instagram, en caso de materializarse esta propuesta, pasaría directamente a los padres, bajo una dinámica similar a la de Messenger Kids.
Esta posible nueva versión de Instagram fue sólo reseñada un proyecto. No obstante, la repercusión del anuncio llegó a instancias mayores como esta. Aún queda tiempo para ver qué rumbo acabará tomando esto.