Un programador alemán, de nombre Stefan Thomas, residente de la ciudad de San Francisco, se encuentra a una contraseña de sacar provecho a su fortuna de más de 200 millones de dólares en bitcoins sino fuera porque ha perdido el papel donde esta se encuentra anotada.
Y es que para permitir el acceso a esta fortuna se requiere de un código que haga posible el desbloqueo de la memoria IronKey en la cual se encuentran las claves privadas de su cartera digital que poseen un total de 7002 bitcoins, las cuales Thomas anotó en un papel que ahora se encuentra perdido.
Sumado a ello están los protocolos de seguridad que sustentan las memorias utilizadas por Thomas para guardar las claves de la cartera: unidades flash USB cifradas que poseen un certificado FIPS 140-2 de nivel 3, complementado además con un cifrado basado en hardware AES de 256 bits en modo XTS.
Tomando esto en cuenta tal parece que esas memorias son inquebrantables, contando además con la particularidad de permitir un total de 10 intentos al momento de introducir la clave.
Es aquí donde la situación para Thomas se complica, ya que hasta el momento ha usado 8 de esos 10 intentos, quedando solamente con 2 oportunidades para poder acertar la contraseña y acceder a su fortuna. Es por esta razón que a fin de evitar caer nuevamente en el fracaso Thomas estaría pensando en no volverlo a intentar, puesto que de quedar sin chances para introducir la contraseña correcta las claves serian cifradas para siempre.
Es así como la historia de este ingeniero representa la de muchas otras personas que al igual que él perdieron acceso a sus carteras de bitcoins. Y es que de acuerdo a la compañía Chainalysis, se estima que un 20% de los bitcoins existentes, equivalente a un total de 18,5 millones de bitcoins, se encuentran en carteras perdidas o abandonadas. Esto en dólares estadounidenses vendría a representar un total de 140 mil millones de dólares.
En el caso de la historia de Thomas, que ha sido viralizada de forma masiva en redes sociales, el exjefe de seguridad de Facebook ha señalado que lo mejor que se puede hacer en esta situación es dejarse de adivinanzas, comprar una veintena de memorias similares y asignar a un grupo de profesionales la tarea de en 6 meses encontrar la manera de romper los protocolos de seguridad.