La empresa de telecomunicaciones IBM está llevando a cabo un proyecto conocido como Diversity In Faces (Diversidad de Rostros) el cual tiene como propósito determinar la precisión de los sistemas de reconocimiento facial, generando con ello la suficiente información para ayudar a los investigadores a tener una mejor comprensión de la inteligencia artificial y así optimizarla para obtener un mejor desempeño en esta tarea.
Desde que surgió la idea de implementar el reconocimiento facial haciendo uso de la inteligencia artificial, los investigadores han recopilado numerosas fotos de todo tipo de rostros durante años con vistas desde distintos ángulos con la finalidad de acondicionar a las computadoras y adaptarlas para lograr este objetivo.
Esto hizo que en la misión de obtener imágenes faciales se recurriera a diversas fuentes, como Flickr, donde es posible encontrar imágenes con licencia Creative Commons, imágenes provenientes de la sección de búsqueda de imágenes de google (Google Image), redes sociales como Instagram, así como otros medios (algunos cuestionables).
Todas ellas fueron agrupadas como datos destinados al trabajo académico, bien sea para ser usados en la creación de un patrón o para poner a prueba un algoritmo de reconocimiento facial.
Aunque este concepto ha estado expandiendo sus alcances al salir de los laboratorios para adentrarse en el dominio de grandes empresas como Microsoft, Facebook, Amazon y Google quienes están tomando riesgos llevando a cabo proyectos a largo plazo enfocados en la inteligencia artificial.
Y es que, a medida que los usuarios son cada vez más conscientes del poder que conceden a terceros para acceder a sus imágenes en internet y usarlas como muestras en la realización de pruebas de reconocimiento facial, la polémica alrededor de esta práctica va adquiriendo mayor preocupación al verse comprometida la privacidad y dar paso a la vigilancia como un acto común.
IBM es solo la punta del iceberg en el conglomerado de empresas, corporaciones e institutos de investigación que desarrollan patrones de reconocimiento facial en base a la recopilación de imágenes extraídas de Internet, aunque en ocasiones son realizadas fotografías de modelos dentro de los propios laboratorios aunque, teniendo al alcance una fuente inagotable de imágenes como Internet, es inevitable no acudir a ella.