Cuando pensamos en cosas hechas con impresoras 3D solemos pensar en artículos sólidos, estáticos, nada que pueda empezar a moverse nada más salir de la impresora.
Eso es lo que han cambiado en el MIT, han creado un robot que puede empezar a andar nada más salir de la impresora, y para ello han usado tanto sólidos como líquidos.
El proceso de fabricación permite que se construya el robot de una sola vez, sin tener que imprimir las piezas por separado para montarlo después. Para demostrar el concepto han creado un pequeño robot de seis patas que puede moverse gracias a 12 bombas hidráulicas incrustadas dentro de su cuerpo.
Para crear el sistema hidráulico han usado una impresora capaz de depositar gotas de 20 a 30 micras de diámetro. Los sólidos se depositan de forma tradicional, y se usa la luz ultravioleta de alta intensidad para consolidar todos los materiales.
En el robot creado, un único motor de corriente continua hace girar un cigueñal que bombea fluido a las piernas del robot, fluido incluido durante el proceso de impresión. Quitando el motor y la fuente de alimentación, cada componente se imprime en un solo paso sin necesidad de ensamblaje. Para impulsar el robot, hay un fuelle que utiliza la presión del líquido que luego se traduce en fuerza mecánica.
La impresora tardó 22 horas en crear esta maravilla, y en este vídeo lo podéis ver en funcionamiento: