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¿Cómo encontrar al dueño de una cuenta de email? 4 métodos para tratar de conseguirlo

Esa es la tarea de hoy, pensar en cómo conseguir en la web al dueño de un email partiendo únicamente de ese dato. 10 de cada 5 personas (?) lo buscarán en Google, pero eso sólo dará resultado si el sujeto es una persona pública con datos de contacto por doquier. Para los que no, para quienes apenas abren uno que otro perfil en redes sociales o no dejan tan fácil la forma de asociar su email con sus datos reales, hace falta un poco más de ingenio y de herramientas extra como las que se incluyen en los métodos que Amit Agarwal de Digital Inspiration nos recomienda. Aquí­ las revisamos a fondo:

1. Mediante el buscador de Facebook


Copia la dirección de correo electrónico que quieres buscar, pégala dentro del cajón de búsqueda en la parte superior de Facebook y espera que se muestren las sugerencias de usuarios que podrí­an haber utilizado ese email para registrarse; Con mil millones de usuarios en todo el mundo, cientos de millones de datos de contacto y un enorme material multimedia para enriquecer los resultados, no es baja la probabilidad de conseguir al sujeto buscado en esa red social.

Destacan otra idea en Digital Inspiration que resulta útil cuando no se consiguen mayores detalles del perfil, por ejemplo, sólo se ve su foto. Pues bien, puedes descargar esa imagen o valerte de la búsqueda de imágenes a partir de imágenes para ingresar dicha fotografí­a como consulta y tratar de encontrar resultados coincidentes tanto en otros sitios web como en más perfiles sociales. Puedes usar Google Imágenes para esa labor o cualquiera de las otras opciones en este enlace.

2. Mediante la IP registrada en el email


Aquí­ la idea es rastrear la IP de quien enví­a el email, visible dentro de la cabecera del mensaje (en su estructura), y ver su ubicación en un mapa. Resulta particularmente útil cuando son servidores propios los usados por tal emisor (p.e., una determinada empresa), pero también puede funcionar con Gmail y otros servicios populares que faciliten acceder al código fuente del mensaje.

Para el caso de Gmail, al abrir un email, en la parte superior derecha junto a la fecha de recepción, aparece una flecha que apunta hacia abajo y que despliega un menú de opciones entre las que se incluye la de «Mostrar original» que es la que permitirá ver el código fuente en una nueva pestaña. Ahora bien, en ese mar de código tendrás que copiar la dirección IP correspondiente al emisor (suelen aparecer entre paréntesis cuadrados, si se muestran varias, puedes tomar simplemente la última).

Lo último será pegar esa IP en un servicio de rastreo como el que ofrece la herramienta Visual Trace Route Tool que incluye un mapa de Google y un listado de localizaciones.

3. Buscando mediante otras herramientas y redes sociales


Claro, se puede hacer algo parecido a la búsqueda en Facebook también en Google+, Twitter, Linkedin y similares. Ahora bien, lo que muchos hacen es utilizar como nombre de usuario su correo electrónico (ejemplo ficticio: si el correo es caos1234@gmail.com, su cuenta en Twitter puede ser @caos1234) y eso se puede aprovechar para valerse de una herramienta como KnowEm.com.

Con dicha herramienta se puede revisar la disponibilidad de una marca, producto o nombre de usuario, por ejemplo, para ver qué dominios están disponibles y qué redes sociales se encuentran libres para crear perfiles con dichos nombres. Pues bien, esto último es la clave de su utilidad para la tarea que nos ocupa hoy, podemos ingresar la parte que va antes del «@» en la cuenta de correo a investigar y esperar a que se averigue su disponibilidad en más de 500 portales, sitios informativos y redes sociales.

Si en los resultados algún logo aparece en gris, significa que el nombre de usuario está ocupado en esa red y que tendremos que dirigirnos a ese sitio para ver si el perfil que lo ocupa es la persona deseada.

4. Con servicios especializados


Y si los anteriores métodos no son efectivos, queda valerse de la fuerza bruta probando con servicios de búsqueda especializados como Pipl y Spokeo que permiten consultar registros coincidentes con un nombre, teléfono, nombre de usuario, dirección de residencia, otras ubicaciones más generales y por supuesto, un correo electrónico. Los resultados incluyen enlaces a sitios web personales, perfiles en redes sociales, contacto en sitios de citas, fotos, videos y otros datos públicos.

Los reportes en Spokeo son terriblemente completos -en algunos casos ofrece hasta mapas, datos de familiares, género, edad, información del vecindario y más- analizando para ello más de 60 redes sociales y recursos con información pública, pero claro, es un servicio de pago (desde US$ 3.95 por mes). Los de Pipl son más resumidos.

¿Tienes otra idea o herramienta que te haya sido de utilidad y quieras compartir con el resto de los lectores? No dudes en dejarla en los comentarios.

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