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¿Realmente necesitas suplementos vitamínicos? Una guía clara y basada en evidencia

frutas frescas en un cuenco junto a una botella de vitaminas abierta con cápsulas multicolores sobre la mesa (1)

Tomar un multivitamínico al comenzar el día es un hábito para millones de personas. Pero, ¿es realmente necesario? ¿O estamos cayendo en una rutina sin beneficio real para la salud? Vamos a revisar con calma lo que dice la ciencia.

La dieta como fuente principal de nutrientes

Los alimentos son mucho más que calorías: aportan vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra y fitonutrientes que trabajan en conjunto. Una dieta variada y rica en frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos y pescado suele ser suficiente para cubrir nuestras necesidades nutricionales.

Según el NIH Office of Dietary Supplements, las personas sanas no requieren suplementos si su alimentación es completa. Las Guías Alimentarias para Americanos 2020-2025 insisten en que la mayor parte de los nutrientes deben obtenerse de los alimentos.

Tomar suplementos como «seguro nutricional» no parece tener fundamento si la dieta ya está equilibrada. De hecho, estudios amplios revisados por el U.S. Preventive Services Task Force encontraron que los multivitamínicos no previenen enfermedades crónicas como cáncer o afecciones cardiovasculares.

Cuándo los suplementos sí pueden ser necesarios

Aunque no son para todos, hay situaciones donde los suplementos están más que justificados. Veamos algunos ejemplos:

Riesgos reales de suplementarse sin necesidad

Aunque tomar una pastilla parezca inofensivo, no siempre lo es. Algunos suplementos en exceso pueden ser perjudiciales:

También está el tema económico: gastar en suplementos sin respaldo científico es como llenar el depósito de gasolina de un coche ya lleno. El efecto placebo puede hacernos sentir mejor, pero no mejora realmente nuestra salud.

Excepciones con evidencia positiva

Algunos suplementos sí han mostrado beneficios específicos en ciertos contextos:

Eso sí, incluso estos deben usarse bajo supervisión médica, no como decisiones al azar tomadas frente al estante de la farmacia.

Cómo saber si necesitas un suplemento

Antes de comprar cualquier vitamina, detente un momento y hazte estas preguntas:

  1. ¿Tengo una dieta equilibrada y variada?
  2. ¿Pertenezco a algún grupo de riesgo (embarazada, mayor de 65, vegano)?
  3. ¿Tomo medicamentos que podrían interactuar con suplementos?
  4. ¿Tengo diagnósticos o condiciones que afectan la absorción de nutrientes?

Si alguna respuesta es afirmativa, consulta a un profesional. Un análisis de sangre o una evaluación clínica pueden ayudarte a decidir.

Elegir suplementos con criterio

Si tu médico recomienda un suplemento, asegúrate de que sea de calidad. Revisa que la marca tenga buena reputación, que no exceda las dosis recomendadas y que cuente con certificación independiente si es posible.

Evita suplementos que prometan milagros o efectos extremos: si suena demasiado bueno para ser cierto, probablemente lo sea.

Los suplementos vitamínicos no son malos ni buenos por sí mismos: son herramientas que, usadas correctamente, pueden cubrir carencias específicas. Pero no sustituyen una alimentación saludable, ni son necesarios para la mayoría de las personas sanas.

Antes de gastar dinero en suplementos, invierte en mejorar tu dieta. Y si tienes dudas, habla con un profesional. Porque a veces, lo que tu cuerpo necesita no está en una pastilla, sino en tu plato.

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