El telescopio espacial James Webb ha revolucionado nuestra comprensión del cosmos al explorar los rincones más lejanos y antiguos del universo. Pero esta vez, los astrónomos decidieron dirigir su mirada hacia un objeto cósmico mucho más cercano: el agujero negro supermasivo Sagittarius A*, ubicado en el centro de la Vía Láctea, a unos 26,000 años luz de la Tierra. Lo que encontraron fue un espectáculo de luz sin precedentes.
Un estallido de luz en la oscuridad absoluta
Los agujeros negros, por su naturaleza, son invisibles, ya que su fuerza gravitatoria es tan intensa que ni siquiera la luz puede escapar de su horizonte de eventos. Sin embargo, los científicos pueden detectarlos observando cómo afectan a su entorno. Cuando el telescopio James Webb apuntó sus potentes instrumentos hacia Sagittarius A*, los investigadores de la Universidad Northwestern fueron testigos de flashes de luz que parecían fuegos artificiales cósmicos.
Según el informe publicado en The Astrophysical Journal Letters, estos destellos de luz provienen de los discos de acreción, estructuras formadas por gas y polvo que giran vertiginosamente alrededor del agujero negro antes de ser absorbidos. La fricción y la energía liberada en este proceso generan temperaturas extremadamente altas, lo que resulta en la emisión de potentes destellos luminosos. Sin embargo, en el caso de Sagittarius A*, el patrón de estos destellos resultó ser totalmente impredecible.
Un comportamiento inesperado
El equipo de astrónomos liderado por Farhad Yusef-Zadeh, profesor de física y astronomía en Northwestern, quedó sorprendido por la actividad del agujero negro. «En nuestros datos, vimos un brillo burbujeante en constante cambio, y de repente, ¡boom! Aparecía un gran estallido de luz, y luego volvía a calmarse», explicó el investigador a CNN.
A pesar de que los agujeros negros supermasivos suelen emitir este tipo de llamaradas de energía, el comportamiento de Sagittarius A* es particularmente singular. No sigue un patrón predecible, sino que parece estar en constante cambio, sin alcanzar un estado estable. Durante un año de observación en periodos de 8 a 10 horas, cada sesión revelaba una actividad diferente.
¿Por qué estos destellos de luz?
Aunque la existencia de estos destellos ha sido documentada en otros agujeros negros, los científicos aún no comprenden del todo el mecanismo exacto detrás de ellos. Una de las hipótesis es que estos eventos de alta energía ocurren cuando el campo magnético del agujero negro interactúa con el material de su disco de acreción, liberando chorros de radiación de manera intermitente.
Otra posibilidad es que estén relacionados con el proceso de alimentación del agujero negro, donde grandes cantidades de gas y polvo son devoradas de manera irregular, generando estallidos de energía.
¿Qué significa este hallazgo para la astronomía?
El estudio de Sagittarius A* con el James Webb proporciona una oportunidad única para entender mejor la física extrema que rige los agujeros negros. Al analizar cómo interactúan con su entorno y cómo emiten estas ráfagas de energía, los astrónomos pueden refinar sus modelos sobre la evolución de las galaxias y los procesos cósmicos más violentos del universo.
Desde WWWhat’s New, creemos que este descubrimiento abre la puerta a una nueva era en la observación de los agujeros negros. El telescopio James Webb sigue demostrando que aún hay mucho por descubrir en nuestro propio vecindario galáctico. Sin duda, este enigmático agujero negro seguirá ofreciendo sorpresas en el futuro.