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La inteligencia artificial en la arqueología: ¿avance o amenaza para el pasado?

mapa interactivo que muestra el aspecto de un sitio hace millones de años

La inteligencia artificial (IA) ha revolucionado innumerables campos, desde la creación de arte hasta el análisis de datos científicos. En el ámbito de la arqueología, su impacto es innegable, ya que permite reconstrucciones visuales, análisis de hallazgos y simulaciones de civilizaciones antiguas. Sin embargo, a medida que avanza su implementación, surgen preocupaciones sobre la precisión, el sesgo y el potencial para la propagación de información errónea.

La IA como herramienta para reconstruir el pasado

Uno de los mayores atractivos del uso de IA en la arqueología es su capacidad para crear imágenes y reconstrucciones visuales de épocas pasadas. Museos y documentales ya han utilizado esta tecnología para ilustrar escenarios históricos con gran detalle. Un claro ejemplo es la animación de la época Mesolítica en un museo, permitiendo a los visitantes experimentar una aproximación visual de cómo pudo haber sido esa era.

Asimismo, los medios de comunicación han aprovechado la IA para ilustrar descubrimientos arqueológicos, como en el caso de los neandertales o la reconstrucción facial de figuras antiguas basadas en análisis de ADN. Un caso particularmente controvertido fue el de Cheddar Man, un fósil humano de 10,000 años de antigüedad encontrado en Inglaterra. La IA determinó que tenía piel oscura, un hallazgo que generó un intenso debate sobre el impacto de estas reconstrucciones en la percepción pública de la historia.

Sesgos y riesgos de la IA en la arqueología

Si bien la IA ofrece posibilidades fascinantes, también plantea riesgos significativos, especialmente en términos de representación errónea de la historia. Investigaciones previas han demostrado que muchas reconstrucciones visuales presentan sesgos culturales y de género. Estudios han revelado que, históricamente, las ilustraciones de sociedades prehistóricas han mostrado a los hombres como cazadores y creadores de herramientas, mientras que las mujeres aparecen en roles pasivos, ignorando la evidencia científica que sugiere una mayor diversidad en la distribución de tareas.

Además, la IA, al depender de bases de datos existentes para entrenarse, puede replicar y amplificar estos sesgos. Si las imágenes de referencia contienen errores históricos o prejuicios culturales, las reconstrucciones generadas por IA los perpetuarán, dando lugar a una versión distorsionada de la historia.

La pseudociencia y el peligro de la desinformación

Un aspecto particularmente preocupante del uso de IA en la arqueología es su posible uso para la difusión de pseudociencia. Programas como «Ancient Apocalypse» han promovido teorías desmentidas por la comunidad científica, como la existencia de civilizaciones avanzadas desaparecidas sin dejar rastro arqueológico. La IA, al generar imágenes convincentes de estos relatos ficticios, puede hacer que el público las perciba como hechos verídicos.

Además, la facilidad con la que se pueden generar imágenes falsas hace que la IA sea una herramienta perfecta para crear hoaxes arqueológicos. Sitios falsos, artefactos inexistentes y escenarios fabricados podrían ser presentados como reales sin que el público tenga la capacidad de diferenciarlos de descubrimientos auténticos.

El dilema ético de delegar el conocimiento a la IA

La arqueología no solo se basa en la observación de objetos antiguos, sino en el proceso de interpretación y reconstrucción del pasado. Tradicionalmente, los arqueólogos han trabajado con ilustradores y expertos para crear representaciones visuales fundamentadas en la ciencia. Este proceso manual no solo es más controlado, sino que también fomenta la formulación de nuevas preguntas y la comprensión de los hallazgos.

Cuando la IA asume esta tarea, se pierde un elemento clave: el juicio humano. Aunque la IA puede generar imágenes fotorrealistas, no tiene la capacidad de discernir entre evidencia sólida e hipótesis especulativas. Esto puede llevar a la creación de representaciones erróneas que se arraigan en la conciencia pública como verdades absolutas.

El futuro de la IA en la arqueología

Desde WWWhat’s New creemos que la IA es una herramienta con un gran potencial para la arqueología, pero debe usarse con cautela y supervisión humana. Para aprovechar su poder sin comprometer la integridad de la disciplina, es fundamental que:

La IA es un recurso valioso, pero no debe reemplazar la curiosidad, la creatividad y el rigor científico que hacen de la arqueología una disciplina tan fascinante. En lugar de delegar completamente la construcción del pasado a los algoritmos, es esencial que la tecnología se utilice como una herramienta complementaria, garantizando que el conocimiento arqueológico siga siendo preciso, ético y enriquecedor.

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