Hace varios meses publiqué un artículo titulado Por qué los abogados tienen mayor riesgo de perder su trabajo por culpa de ChatGPT, en el texto mostraba mi preocupación porque sé que muchos abogados tardan mucho en aplicar la tecnología en su día a día, y mientras tanto hay muchos proyectos que están haciendo mucho trabajo en este sector que antes hacían humanos.
Aún así, esta vez intentaré no ser tan alarmista. Sé que la IA generativa puede ser vista como una amenaza, pero para otros muchos es una puerta a nuevas posibilidades. Os voy a explicar dónde está la frontera.
ChatGPT tiene la capacidad de crear contenido a partir de instrucciones específicas, y puede redefinir la manera en que abogados y jueces desempeñan su trabajo.
Ya hay casos que han salido en la prensa, como el de Lord Justice Birss, un juez especializado en derecho de propiedad intelectual en Inglaterra y Gales, que utilizó ChatGPT para elaborar parte de una sentencia. También hay herramientas específicas para el sector legal, como Lexis+ AI, que facilita la redacción de asesoramientos legales y comunicaciones con referencias a autoridades legales, o el buscador Justicio, hecho en España.
Está claro que la utilización de IA para redactar documentos legales introduce nuevos desafíos, como la precisión y la inclusión de terminología importante. Un exceso de confianza en estas tecnologías sin una revisión adecuada podría llevar a disputas contractuales significativas. Esto pone de manifiesto la necesidad de que los profesionales del derecho comprendan profundamente cómo funciona la IA generativa y sean capaces de evaluar críticamente sus productos. Entender lo que puede hacer es importante, pero es más importante entender lo que NO puede hacer.
Actualmente tengo tres clientes abogados a los que les explico lo que puede hacerse en este sector, y mi mayor desafío con ellos es precisamente definir lo que no puede hacerse, para que entiendan exactamente los límites de la IA generativa hoy en día.
Ante estos cambios, es imperativo que la formación de los futuros graduados en derecho refleje las demandas de la profesión. Incorporar la IA generativa en el proceso educativo es esencial, y lo será aún más durante los próximos años.
Se pueden realizar simulacros de juicio o debates, lo que puede preparar más y mejor a los estudiantes, y todo con una herramienta que podemos llevar en el bolsillo, interaccionando incluso con nuestra voz (como el caso del profesor de inglés con ChatGPT).
Como os decía, en mi experiencia como educador, he experimentado con permitir a mis estudiantes el uso de IA generativa para responder a preguntas de ensayo, buscando simular el uso realista de la tecnología en la práctica legal. Esto requiere rigor académico y habilidades digitales, pero sobre todo promueve una comprensión equilibrada de la IA como una oportunidad y un riesgo.
Estamos en un momento de transición hacia un entorno legal cada vez más influenciado por la tecnología, y quien no lo vea así, se está perdiendo mucho.