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La nueva era de la energía oceánica en las Islas Canarias

Ilustración representativa generada por IA sobre la construcción de un dispositivo de Conversión de Energía Térmica Oceánica (OTEC).

Ilustración representativa generada por IA sobre la construcción de un dispositivo de Conversión de Energía Térmica Oceánica (OTEC).

En la categoría de «Mejorando el mundo» hemos tenido el privilegio de presenciar y documentar algunas de las innovaciones más fascinantes en el sector energético. Hoy, me complace compartir con vosotros un proyecto que está cobrando vida en las Islas Canarias y que promete marcar un antes y un después en la forma en que aprovechamos los recursos naturales para generar energía. Se trata de la Conversión de Energía Térmica Oceánica (OTEC, por sus siglas en inglés), una idea concebida hace más de un siglo pero que, hasta ahora, había quedado en el tintero debido a diversos desafíos técnicos y económicos.

La OTEC funciona bajo un principio sencillo pero ingenioso: utiliza la diferencia de temperatura entre el agua superficial del mar, calentada por el sol, y el agua fría de las profundidades oceánicas para generar electricidad. Este proceso comienza con la transferencia de calor a un fluido de bajo punto de ebullición, como el amoníaco, que al evaporarse impulsa una turbina conectada a un generador eléctrico. Al final del ciclo, el vapor se condensa al entrar en contacto con el agua fría bombeada desde el fondo del mar, completando así un ciclo de generación de energía limpio y sustentable.

El renacer de esta tecnología viene de la mano de un consorcio europeo bajo el proyecto PLOTEC, que incluye a entidades como la Universidad de Plymouth, la startup Global OTEC y el desarrollador de energía marina WavEC. Estas organizaciones han unido fuerzas para construir un dispositivo prototipo en las Islas Canarias, un lugar idóneo por sus condiciones marítimas y climáticas.

El prototipo consta de tres componentes principales: un casco cilíndrico, un tubo elevador de agua fría y un punto de conexión tipo cardán. La fabricación de estas piezas se reparte entre distintos países europeos, destacando la participación de AGRU en Austria para el tubo elevador y el Astillero Hidramar en Gran Canaria para el casco cilíndrico. El objetivo es desplegar este sistema a tres kilómetros de la costa, en un sitio de pruebas energéticas marinas, donde será sometido a condiciones extremas para evaluar su resistencia y eficacia.

Aunque el prototipo actual no está diseñado para producir electricidad, su éxito podría abrir las puertas a una nueva generación de plataformas OTEC capaces de suministrar energía limpia y constante a regiones tropicales, donde la diferencia de temperatura entre la superficie y las profundidades marinas es más pronunciada. En este vídeo lo explican:

 

Esto no solo representa una alternativa viable a los combustibles fósiles para estas áreas, sino que también ofrece una solución energética base, capaz de generar electricidad de forma continua, complementando así a otras fuentes renovables como la solar y la eólica.

En mi opinión, este tipo de proyectos son un claro ejemplo de cómo, ante el desafío del cambio climático y la necesidad de transitar hacia un modelo energético más sostenible, la innovación y la colaboración internacional pueden desempolvar ideas antiguas y transformarlas en soluciones futuristas. La OTEC puede que no sea una palabra familiar en el vocabulario energético global todavía, pero iniciativas como la del proyecto PLOTEC están allanando el camino para que, en un futuro no muy lejano, se convierta en una pieza clave de nuestro esfuerzo por un planeta más verde.

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