Los autónomos en España tienen que pagar cada mes una cuota que, en otros países, no se paga. Ese valor ahora es propocional a lo que se factura, pero en ningún momento es cero, ni siquiera cuando no se ha facturado nada.
Mientras que en España los autónomos contribuyen al sistema de seguridad social mediante cuotas fijas mensuales, otros países adoptan enfoques diferentes, desde sistemas financiados por impuestos generales hasta modelos basados en ingresos o incluso opciones voluntarias. Este artículo explora las diversas formas en que los trabajadores autónomos alrededor del mundo contribuyen a la seguridad social. A través de comparaciones podremos entender si estamos en un modelo justo o no.
Veamos primero cómo funcionan los pagos en España en el caso de los trabajadores autónomos, tanto de autónomos como de IRPF:
- Cuotas de la Seguridad Social: Los trabajadores autónomos en España están obligados a pagar una cuota mensual a la Seguridad Social. Esta cuota es una contribución que les permite acceder a varios beneficios del sistema de seguridad social, como la cobertura sanitaria, pensiones de jubilación, prestaciones por incapacidad temporal, entre otros. El importe de esta cuota puede variar según la base de cotización elegida por el autónomo y otros factores como la edad o la situación profesional. El primer año suele ser barato, unos 50 euros al mes, luego la cosa se dispara, superando los 200 euros al mes si se factura menos de 4000 euros mensuales, y subiendo a partir de ahí. En todo momento el autónomo puede decidir pagar más para aumentar su base y «garantizar» así una jubilación mayor en el futuro.
- IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas): Por otro lado, el IRPF es un impuesto que se paga al Estado y se calcula sobre la base de los ingresos que una persona ha obtenido en el año. Los trabajadores autónomos, al igual que los asalariados, están sujetos a este impuesto. No obstante, los autónomos tienen ciertas particularidades en cuanto a su cálculo y pago. Deben realizar pagos fraccionados del IRPF a lo largo del año, generalmente de manera trimestral, en función de sus ingresos netos (ingresos menos gastos deducibles). Estos pagos son a cuenta del impuesto total que deberán liquidar al final del año fiscal en su declaración de la renta. Si los pagos fraccionados han sido superiores al impuesto final, el autónomo puede recibir una devolución; si han sido inferiores, deberá abonar la diferencia.
Hay países que no cobran autónomos
El caso es que hay varios países que no cobran tasa de autónomo. En ese caso ¿Como se paga la seguridad social?
En países donde no existe un sistema de cuotas fijas mensuales para los trabajadores autónomos como en España, el financiamiento y pago de la seguridad social varía significativamente dependiendo de las legislaciones y sistemas de seguridad social específicos de cada país. Aquí hay algunos ejemplos de cómo puede funcionar:
- A través de impuestos generales: En algunos países, los servicios y beneficios de la seguridad social se financian principalmente a través de los impuestos generales recaudados por el gobierno. Esto significa que no hay una cuota específica para la seguridad social, sino que se financia con la recaudación impositiva general, que incluye los impuestos sobre la renta, impuestos al consumo, y otros.
- Pagos basados en ingresos: En otros sistemas, los trabajadores autónomos pueden estar obligados a pagar contribuciones a la seguridad social basadas en sus ingresos. A diferencia de una cuota fija, estas contribuciones se calculan como un porcentaje de los ingresos del autónomo, lo que puede hacer que el monto varíe de un período a otro según el éxito financiero del individuo.
- Sistemas voluntarios o privados: Algunos países ofrecen sistemas de seguridad social voluntarios para los trabajadores autónomos, donde pueden optar por contribuir a un fondo de pensiones o seguro de salud. Además, en algunos lugares, los trabajadores autónomos pueden depender más de seguros privados para necesidades como la salud y la jubilación.
- Modelos mixtos: Muchos países utilizan un enfoque mixto, donde la seguridad social se financia a través de una combinación de impuestos generales, contribuciones basadas en ingresos y, en algunos casos, sistemas voluntarios o privados.
Es importante destacar que la elección de un sistema sobre otro refleja las prioridades políticas y económicas de cada país, así como su contexto socioeconómico. En algunos casos, la falta de un sistema de cuotas fijas puede ofrecer más flexibilidad a los trabajadores autónomos, pero también puede implicar una menor previsibilidad y seguridad en términos de beneficios de seguridad social. Por otro lado, los sistemas basados en impuestos generales pueden ser más inclusivos, pero pueden enfrentar desafíos en términos de sostenibilidad financiera a largo plazo.