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Modernizando el núcleo bancario, lo que dicen desde el MIT

banco antiguo

Los bancos se enfrentan a un dilema en la era digital: ¿cómo pueden adaptar sus sistemas centrales, a menudo obsoletos, para satisfacer las crecientes demandas de los clientes y las expectativas tecnológicas?

Recientemente leí un artículo en el MIT sobre el tema. Os lo resumo aquí:

Los clientes de hoy buscan transacciones hiperpersonalizadas y servicios financieros instantáneos. La adopción de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático (ML) ya no es una opción, sino una necesidad para mantenerse competitivo.

Según un estudio de Boston Consulting Group, menos de un tercio de los bancos más grandes del mundo están invirtiendo de manera significativa en ecosistemas financieros digitales. Los sistemas heredados, que son monolíticos y rígidos, están costando a los bancos miles de millones de euros y limitando su capacidad para adaptarse a cambios rápidos.

Cómo modernizar el tema

La modernización del núcleo bancario es una tarea compleja que requiere una planificación cuidadosa y una ejecución estratégica. Dos enfoques se destacan como particularmente efectivos para abordar este desafío: la empresa componible y la coexistencia intencionada. Ambas estrategias ofrecen soluciones prácticas para superar las limitaciones de los sistemas heredados y facilitar una transición más suave hacia infraestructuras más modernas y ágiles.

Empresa Componible

La idea detrás de una empresa componible es descomponer sistemas grandes y monolíticos en componentes más pequeños, flexibles y modulares. Estos componentes, o «bloques de construcción», pueden reorganizarse rápidamente para adaptarse a nuevas demandas o tecnologías.

Por ejemplo, un banco podría descomponer su sistema central en módulos separados para la gestión de cuentas, transacciones y servicios al cliente. Esto permite que cada módulo se actualice o reemplace de forma independiente, sin afectar al resto del sistema.

La ventaja de este enfoque es la agilidad. Los bancos pueden responder más rápidamente a los cambios en el mercado o en la regulación, y también tienen la flexibilidad de integrar nuevas tecnologías o servicios con un esfuerzo y costo mínimos.

Coexistencia Intencionada

La coexistencia intencionada es una estrategia que implica mantener sistemas antiguos y nuevos funcionando en paralelo durante un período de transición. Esto minimiza los riesgos asociados con la migración y permite una implementación más gradual de nuevas soluciones.

En la práctica, esto podría implicar mantener un sistema heredado para gestionar cuentas existentes, mientras se introduce un nuevo sistema para manejar nuevos clientes o servicios. Los datos y las transacciones entre los dos sistemas se sincronizan a través de una capa de integración, asegurando que todo funcione sin problemas durante la transición.

Este enfoque es especialmente útil para mitigar los riesgos asociados con la interrupción del servicio y los errores de migración. También permite a los bancos probar y validar nuevas soluciones en un entorno controlado antes de implementarlas completamente.

Combinando Ambos Enfoques

Es posible que los bancos opten por una combinación de estos enfoques para maximizar la eficiencia y minimizar los riesgos. Por ejemplo, podrían adoptar un modelo de empresa componible para ciertas funciones no críticas mientras mantienen una coexistencia intencionada para sistemas más sensibles y críticos.

Planificar una migración es complejo y requiere un equipo central empoderado, una capa de datos común para la agregación eficiente y una estrategia de «vaciamiento del núcleo» para proporcionar módulos tanto para sistemas heredados como nuevos.

La modernización se ve obstaculizada por la falta de expertos en tecnologías antiguas como COBOL y por las crecientes demandas de cumplimiento normativo. Los sistemas ágiles son esenciales para adaptarse a leyes y estándares cambiantes.

Los datos son un activo competitivo crucial. Los sistemas modernos permiten una mejor analítica de datos, lo que a su vez permite a los bancos ofrecer servicios personalizados y tomar decisiones basadas en datos.

El caso es que la modernización del núcleo bancario no es solo una cuestión de eficiencia operativa, sino también de resiliencia. En un mundo donde las demandas de los clientes y las condiciones del mercado están en constante cambio, tener una arquitectura que pueda adaptarse rápidamente es más que una ventaja competitiva; es una necesidad para la supervivencia a largo plazo.

Tenéis el artículo original en technologyreview.com.

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