El agua es esencial para la vida, pero en muchas regiones áridas, su escasez es un problema constante. Sin embargo, la ciencia y la tecnología están trabajando juntas para ofrecer soluciones innovadoras. Una de estas soluciones proviene de los científicos de ETH Zurich, quienes han desarrollado redes de niebla que no solo capturan agua sino que también la purifican.
Las redes de niebla tradicionales
El desafío del agua en zonas áridas
En lugares como las montañas del norte de Chile, la lluvia es un fenómeno raro. Sin embargo, paradójicamente, estas regiones experimentan nieblas densas en agua. Estas nieblas contienen gotas demasiado pequeñas para caer como lluvia, pero pueden condensarse en superficies específicas. Durante años, los locales han utilizado redes de niebla para recolectar esta agua y dirigirla a tuberías y tanques.
El problema de la contaminación
Aunque estas redes han sido beneficiosas, también tienen un desafío significativo: capturan contaminación atmosférica. Esta contaminación puede hacer que el agua recolectada sea insegura para beber o cocinar.
La innovación de ETH Zurich
Una red diferente
Los investigadores de ETH Zurich han diseñado una red que aborda este problema de contaminación. Esta nueva red está compuesta por un alambre metálico recubierto con polímeros específicos y dióxido de titanio. Los polímeros se han seleccionado para maximizar la eficiencia en la formación de gotas y garantizar que se desplacen rápidamente por la malla.
El poder del dióxido de titanio
El dióxido de titanio tiene una función crucial en esta innovación. Actúa como un catalizador químico que, cuando se expone a la luz UV del sol, descompone compuestos orgánicos. Esto significa que la red no solo recolecta agua sino que también la purifica.
Resultados prometedores
Las pruebas en laboratorio y en una planta piloto han sido alentadoras. Al usar niebla artificial con contaminantes como diesel y BPA, las redes pudieron recolectar cerca del 8% del agua de la niebla y eliminar aproximadamente el 94% de los contaminantes. Sorprendentemente, solo se necesitaron 30 minutos de exposición al sol para activar el dióxido de titanio durante 24 horas.
Aplicaciones y futuro
Ritwick Ghosh, el autor principal del estudio, señaló que esta tecnología no solo podría proporcionar agua potable más limpia a las regiones que la necesitan, sino que también podría ayudar a recuperar agua de alta calidad de vapor perdido en torres de refrigeración de plantas de energía.
Este proyecto es un testimonio del poder de la innovación y la ciencia para abordar desafíos globales. A medida que el mundo enfrenta problemas crecientes de escasez de agua y contaminación, soluciones como esta ofrecen un rayo de esperanza y muestran el camino a seguir.
Más información en ETH Zurich.