Rusia ha decidido marcar una firme línea roja en lo que respecta a la utilización de tecnología occidental en su administración pública. En un movimiento que pone en evidencia las crecientes tensiones entre los gigantes tecnológicos occidentales y el Kremlin, Rusia ha prohibido el uso de productos Apple, concretamente los iPhones y iPads, en actividades gubernamentales. Este paso se da en respuesta a temores de que los dispositivos podrían ser utilizados por los Estados Unidos para espiar a funcionarios rusos.
Precedentes de la decisión
Este movimiento no surge de la nada. No es la primera vez que Rusia muestra desconfianza hacia los productos Apple. En el pasado, durante la campaña de reelección del Presidente Vladimir Putin en 2024, se recomendó a los miembros del personal que abandonaran sus iPhones ante el temor de que pudieran ser utilizados para fines de vigilancia por parte de agencias de inteligencia occidentales.
Alegaciones de espionaje
Recientemente, el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) afirmó que miles de iPhones en el país, incluyendo los de diplomáticos, habían sido víctimas de un ataque de espionaje atribuido a los EE.UU. La empresa de ciberseguridad Kaspersky Lab corroboró la existencia del ataque pero no pudo atribuirlo a un actor específico. En respuesta a estas afirmaciones, Apple insistió en su negativa a colaborar con gobiernos para introducir puertas traseras, es decir, accesos secretos a los datos de los usuarios, en sus productos.
Hacia la independencia tecnológica
En medio de este clima de desconfianza, Rusia está fomentando la creación de un ecosistema móvil doméstico independiente de las gigantes tecnológicas occidentales. El sistema operativo para smartphones Aurora, desarrollado por la empresa rusa Open Mobile Platform, es un claro ejemplo de esta política. Esta estrategia fue reforzada por un decreto del presidente Putin que exigía a las organizaciones involucradas en infraestructuras críticas migrar hacia software desarrollado internamente para el año 2025.
Los productos Apple siguen disponibles en Rusia
A pesar de la retirada oficial de Apple del mercado ruso, los productos de la marca siguen disponibles en el país gracias a la importación desde otras naciones. Sin embargo, su adquisición ahora implica un coste más elevado de lo usual.
Este giro hacia la independencia tecnológica puede verse como una forma de Rusia tomar el control de su infraestructura crítica y protegerse de lo que ve como posibles amenazas. Sin embargo, esto también puede llevar a la limitación de las opciones de los consumidores rusos y a un aislamiento tecnológico.