Es un hecho conocido que las grandes empresas tecnológicas como Google y Apple han logrado reducir significativamente sus obligaciones fiscales en todo el mundo. Pero, ¿cómo lo hacen exactamente? ¿Qué impacto tiene esto en la economía global?
En primer lugar, es importante entender que estas empresas no están haciendo nada ilegal. De hecho, están utilizando estrategias fiscales legales para minimizar sus impuestos, las cuales podrás leer a profundidad en las siguientes líneas.
Transfer pricing: Esta técnica implica que una empresa mueve sus beneficios a través de sus diferentes filiales en diferentes países para aprovechar las diferentes tasas impositivas. “El tema de los precios de transferencia siempre está encima de la mesa y es un rompecabezas. Con las actividades digitales ya no valen las reglas de toda la vida”, eso es de hecho lo que reconoció José María Peláez, inspector de Hacienda.
Doble irlandés-holandés: Implica que una empresa crea dos filiales en Irlanda y una en los Países Bajos, las cuales se usan para transferir ganancias a paraísos fiscales.
Paraísos fiscales: Las empresas también pueden establecer subsidiarias en paraísos fiscales como las Islas Caimán o las Islas Vírgenes Británicas para reducir sus obligaciones fiscales.
Estas estrategias les permiten a estas empresas pagar menos impuestos, lo que a su vez les permite invertir más en investigación y desarrollo, dándoles una ventaja competitiva en el mercado. Sin embargo, estos métodos también tienen un impacto significativo en la economía global.
Por un lado, los países donde estas empresas operan pierden ingresos fiscales, además de que afecta sus presupuestos y servicios públicos. Y por si fuera poco, estas empresas pueden estar compitiendo de manera desleal con otras empresas que no tienen los mismos recursos para implementar estas estrategias.
A pesar de los esfuerzos de los gobiernos para cerrar estas lagunas fiscales, sigue siendo un problema realmente importante. De hecho, en 2016 la Comisión Europea ordenó a Apple que pagara 13.000 millones de euros en impuestos atrasados a Irlanda, alegando que la empresa había recibido trato preferencial por parte del gobierno irlandés.
Ya en el caso de Google, desde la gran G han movido en los últimos años miles de millones a las Islas Bermudas, esto sin grabar los beneficios empresariales y todo mediante una empresa domiciliada en Dublín y otra mismamente en Bermudas, con el cual Irlanda tiene un convenio.
Algo está claro, y es que estas grandes empresas tecnológicas como Google y Apple han utilizado estrategias fiscales legales para reducir significativamente sus obligaciones fiscales en todo el mundo.
Y si bien esto les permite invertir más en investigación y desarrollo, también tiene un impacto significativo en la economía global y sin duda plantea serias preguntas sobre la justicia fiscal. En fin, será interesante ver cómo estas empresas se adaptan y evolucionan en el futuro, esto a medida que los gobiernos trabajan para cerrar estas lagunas fiscales.