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Protegiendo nuestros pensamientos privados de la tecnología

cerebro robot

Un mundo en el que nuestros pensamientos más íntimos, políticos, sentimientos y obsesiones pudieran ser investigados y castigados es una realidad cercana. Al menos eso es lo que cree la profesora Nita Farahany, una de las principales expertas éticas en neurociencia.

En su nuevo libro «La Batalla por Tu Cerebro«, la profesora Farahany argumenta que las intrusiones en la mente humana a través de la tecnología son tan cercanas que una discusión pública es imprescindible, y los legisladores deben establecer inmediatamente protecciones cerebrales como lo harían para cualquier otra área de la libertad personal.

Avances tecnológicos y riesgos éticos

La profesora Farahany plantea una serie de riesgos éticos que deben ser considerados en el campo de la neurociencia, entre ellos:

Un llamado a la acción

La profesora Farahany cree que los avances en neurotecnología significan que las intrusiones en la privacidad mental a través de la tecnología están al alcance de la mano, tanto a través de programas militares como de laboratorios de investigación de grandes empresas de tecnología. La combinación de la ciencia orientada a la decodificación y la reescritura de las funciones cerebrales, junto con el uso de tecnología portátil, significa que las huellas cognitivas serán cada vez más comunes en el futuro cercano.

Argumenta que las sociedades deben ir más allá de abordar la guerra cognitiva o prohibir las aplicaciones de tecnología como TikTok. En su lugar, se necesitan leyes que establezcan derechos cerebrales o libertades cognitivas, junto con una mayor conciencia de los riesgos de la intrusión que plantean las plataformas digitales integradas con avances en la neurociencia.

El camino a seguir

La profesora Farahany cree que se necesitan leyes de «derechos neurocognitivos» que incluyan protecciones sobre el uso de datos biométricos en entornos de salud y legales. Chile se convirtió en el primer país en agregar artículos a su Constitución para abordar explícitamente los desafíos de las neurotecnologías emergentes. El estado de Wisconsin en los EE. UU. También ha promulgado leyes sobre la recopilación de datos biométricos relacionados con el cerebro.

Farahany cree también que se necesita una conversación urgente sobre las libertades cognitivas, que incluyen la autodeterminación sobre nuestros cerebros y experiencias mentales, y se aplica a muchas de las tecnologías digitales que estamos utilizando hoy en día. La ausencia de protecciones integrales para la privacidad mental es motivo de preocupación y puede hacer realidad contemporánea.

Su propuesta es un llamado a la acción urgente para abordar los riesgos éticos que plantea el avance de la neurotecnología. La posibilidad de hackear nuestros pensamientos y controlar nuestras emociones es un tema que debe ser tomado en serio por los gobiernos, empresas y sociedad en general.

Es importante que la protección de la privacidad mental sea considerada como una cuestión fundamental de derechos humanos. La libertad cognitiva es un derecho que debe ser protegido por la ley, tal como lo son otros derechos fundamentales. Además, es importante que se promueva la conciencia pública sobre los riesgos de la tecnología y se establezcan límites éticos claros para su uso.

Es fundamental que la tecnología se utilice de manera responsable y que los gobiernos, empresas y la sociedad en general trabajen juntos para garantizar que los avances en la neurotecnología se utilicen para el bien común y no para el control y la manipulación de los individuos.

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