Utilizar paneles solares transparentes, en reemplazo de las clásicas celdas fotovoltaicas de silicio, es una propuesta revolucionaria, dado el potencial transformador que tendría su implementación sobre las ciudades del futuro.
Una iniciativa que lleva varios años en desarrollo, propone la utilización de tecnología de punta para la recolección y posterior utilización de la energía de la luz, ya sea a través de ventanas o cualquier superficie de vidrio, sin importar el ángulo, mediante placas translúcidas.
El futuro de los paneles solares puede ser transparente
Son muchos los proyectos de investigación que, a nivel de ingeniería, han trabajado en el desarrollo de métodos que permitan la captura de la energía del sol a través de instrumentos transparentes.
Por lo general, la mayoría de estos dispositivos, denominados vidrios fotovoltaicos, suelen funcionar como un concentrador solar transparente, lo que implica que están hechos para absorber longitudes de onda de luz ultravioleta e infrarroja específicas, que no son perceptibles a simple vista, para producir energía lista para su consumo.
Este desarrollo surgió como producto de un largo período de investigación. En 2014, un equipo de la Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos, desarrolló el primer concentrador solar totalmente transparente. Ya para 2020, diversos equipos científicos no sólo del país norteamericano, sino que también de Europa, consiguieron desarrollar vidrios fotovoltaicos 100% transparentes, creados con el propósito de convertir cualquier ventana o placa de vidrio en una celda capturadora de energía solar.
Considerando que a nivel cultural, en gran parte de nuestra sociedad el vidrio está muy presente en la arquitectura contemporánea, esta solución podría ofrecer una primera aproximación para la autosuficiencia energética de ciertas infraestructuras. Por ejemplo, gracias a este modelo de generación de energía, los grandes edificios de las áreas metropolitanas podrían ser capaces de abastecerse de energía de manera independiente, reduciendo la demanda que hoy en día recae sobre los sistemas centrales de la red energética, alimentada por combustibles fósiles en la mayoría de los casos.
En caso de adoptarse este sistema, cabe resaltar que no será fácil verlo funcionar en cualquier parte, dado que se requiere de una superficie amplia para su instalación y además, los costos asociados son elevados. En base a esto se puede afirmar que el escenario ideal para su uso es en grandes ciudades, con rascacielos u otra clase de infraestructuras imponentes.
Tal como reportan desde el equipo de Michigan dedicado a este proyecto, esta tecnología aún se encuentra en pañales, pues existe aún el desafío de aumentar su eficiencia, preservando un equilibrio con su transparencia, que es uno de los factores clave de la propuesta.
En un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad, criterio que ha influido en muchos proyectos desarrollados últimamente, esta solución podría ofrecer una interesante alternativa para la generación limpia de energía eléctrica, de manera autónoma.