Hasta ahora, los modelos biogeoquímicos oceánicos globales no se han preocupado mucho en estudiar el ciclo de luz entre el día y la noche, aún sabiendo lo importante que es la luz solar para el fitoplancton, parte crucial de la red alimentaria.
Se cree que el fitoplancton es la base de toda la vida en el planeta, por eso es importante concentrarse en cómo les afecta la luz solar, o la falta de ella, en los modelos informáticos, algo que está cambiando.
Científicos del Laboratorio de Biología Marina (MBL) han incorporado el ciclo entre la luz diurna y nocturna con el objetivo de analizar sus efectos sobre el fitoplancton, todo con el objetivo de entender cómo el fitoplancton obtiene su energía y ayudar a conocer mejor las interacciones del resto de la red alimentaria oceánica mundial.
Han simulado 15 tipos de fitoplancton diferentes, expuestos a ciclos naturales de luz y oscuridad sobre el océano. Una vez hecha la simulación, se comparó con una simulación de control utilizando el mismo modelo de fitoplancton dejando el período de luz durante 24 horas.
Vieron que un grupo de fitoplancton simuló células pequeñas con alta afinidad por los nutrientes, mientras que otro grupo simuló células grandes con una tasa de crecimiento máxima más alta pero baja afinidad por los nutrientes. De esta forma entendieron como algunos se adentran para obtener más nutrientes y luego suben para realizar la fotosíntesis, mientras que otros almacenan carbono durante el día, para poder usarlo durante la noche.
Este nuevo modelo ha encontrado un vínculo entre los ciclos diarios y las concentraciones de nutrientes, y vieron diferentes comportamientos en función de la latitud.
El objetivo final es mejorar nuestra comprensión sobre el funcionamiento del océano, ya que eso podría ayudar a descubrir posibles soluciones al cambio climático, entre otras cosas.
Podéis leer el estudio en onlinelibrary.wiley.com.