WWWhat's new

Científicos crearon pequeños cerebros artificiales para investigar el Alzheimer

neuronas

Aunque se identificó como enfermedad hace más de un siglo, el Alzheimer continúa siendo un gran desafío para quienes se dedican a desarrollar investigaciones en el área, pues sigue siendo una afección terminal, con tratamientos paliativos disponibles, pero sin una cura definitiva.

Con la idea de elevar la investigación en torno a esta enfermedad, más allá de los límites dentro de los que ha sido abordada actualmente, un equipo de científicos comenzó a estudiar el Alzheimer utilizando minicerebros artificiales.

Nuevas posibilidades de investigación con cerebros artificiales

En el caso particular del Alzheimer, gran parte de las investigaciones se han desarrollado gracias al aporte de personas que han decidido donar sus cuerpos a la investigación científica. Ha sido útil, se han sumado antecedentes gracias a esto, pero no ha ayudado a avanzar lo necesario.

Con modelos vivos, la investigación podría ser mucho más abordable. No obstante, hay algunos obstáculos entre medio. Fuera de que la disponibilidad de voluntarios es menor, por restricciones éticas no resulta viable la aplicación de métodos totalmente experimentales, como la aplicación de un nuevo fármaco que no ha sido probado antes, el uso de algún instrumento tecnológico que todavía no ha sido aprobado u otra clase de pruebas aún más osadas.

Ante estas situaciones, entran en acción los organoides celulares, que son reproducciones artificiales y orgánicas que emulan, en una escala usualmente inferior, el funcionamiento de un órgano. 

Investigadores de la Universidad de Queensland, Australia, desarrollaron pequeños cerebros artificiales para ejecutar nuevas tareas investigativas en torno a esta enfermedad. Al trabajar con ellos, descubrieron diferentes mecanismos celulares que pueden acelerar o disminuir el desgaste de las células cerebrales.

En concreto, descubrieron que la proteína klotho, usualmente asociada a propiedades rejuvenecedoras, logró reducir en un 89% el deterioro de las células cerebrales asociadas con la edad y la demencia. De esta forma, dominando aquel factor, se podría controlar el avance del Alzheimer.

Ernst Wolvetang, uno de los autores del estudio, señaló a la Universidad de Queensland: «Hemos encontrado que los organoides cerebrales humanos se pueden usar para estudiar los mecanismos moleculares que impulsan los procesos de envejecimiento cerebral. Esto abre el camino para probar muchas moléculas que podrían convertirse en posibles medicamentos terapéuticos para una serie de enfermedades neurodegenerativas».

Si bien, la enfermedad de Alzheimer es una de las enfermedades neurodegenerativas más conocidas y comunes, el alcance de esta investigación podría abarcar otros padecimientos relacionados. El mismo equipo de investigación afirmó que los avances obtenidos pueden aplicarse también al tratamiento del Síndrome de Louis-Barr, afección que compromete el funcionamiento del cerebelo, región cerebral que controla el equilibrio.

Salir de la versión móvil