La malaria ha sido una de las enfermedades que ha causado más estragos en la humanidad durante miles de años. Sin embargo, parece que la medicina moderna está a punto de erradicar su existencia gracias a una vacuna.
Se trata de un novedoso medicamente llamado RTS,S el cual ha sido aprobado por la Organización Mundial de la Salud, teniéndose previsto que sea suministrada a lo largo de todas las regiones que conforman el África subsahariana.
Ya hace 6 años se había comprobado la eficacia de esta vacuna, pero solo ahora, después de su aprobación oficial por la OMS, podrá ser puesta a disposición de las comunidades afectadas por esta enfermedad.
Para quienes no lo sepan, la malaria es producida por un parásito de naturaleza peligrosa que invade el cuerpo y destruye las células sanguíneas a medida que va llevando a cabo su proceso de reproducción. Se propaga a través de ciertos mosquitos, y es extremadamente común en regiones de África.
En ese sentido, se han creado diferentes fármacos y productos destinados a reducir la propagación de este parásito.
Sin embargo, pese a la eficacia presente en cada uno de estos métodos, anualmente sigue registrándose una alta tasa de casos de malaria (230 millones) de los cuales 400 mil han tenido un desenlace fatal. De estas muertes el 95% se concentran en el continente africano.
Si bien existen más de 100 variantes del parasito de la malaria, la vacuna RTS,S centra su acción sobre el plasmodium falciparum, el cual constituye la variante más común y mortal en África.
Durante su aplicación en 2015 se pudo comprobar que había mejoría en 4 de cada 10 casos, resultado que representó una reducción notable en el número de niños que requieren de transfusiones de sangre. Sin embargo, se requieren de cuatro dosis completas para que la vacuna logre su cometido.
Es por ello que las tres primeras dosis son aplicadas con un mes de diferencia, es decir, a los cinco, seis y siete meses de edad, dejando la última dosis para ser aplicada a los 18 meses aproximadamente.
Así también, los resultados demostraron que la vacuna es segura y no generó efectos secundarios de grave magnitud como los que se esperaría de una vacuna rutinaria.
Podéis ver el informe completo en la BBC.