Los ataques DDoS son extremadamente comunes todos los días, en todo el mundo. Se producen cuando uno o varios hackers deciden derrumbar una web realizando millones de accesos simultáneos, superando la capacidad del servidor donde dicha web se aloja.
Estos accesos son realizados por bots, por programas que realizan peticiones de forma automática, y aunque hay sistemas de burlarlos, no todos son muy efectivos (depende también del tipo de ataque DDoS).
El caso es que en la prensa solo aparecen los ataques que duran muchas horas y que son capaces de derrumbar sitios web muy conocidos, pero los ataques de pocos minutos son muy frecuentes, y derrumban sitios constantemente en todo el planeta. En media, duran solo unos 6 minutos.
Así lo muestra un informe publicado por Imperva Research Labs después de analizar el primer semestre de 2021.
Aún así, aunque duren poco, es importante tener en cuenta que la mayoría de estos ataques son una táctica de distracción que forman parte de un ataque más amplio. Mientras el equipo de TI está concentrado en rechazar las peticiones del ataque, los hackers están ocupados realizando otras tareas.
Los días más frecuentes para recibir ataques son los domingos, cuando el equipo de TI no trabaja (o solo tienen a uno para «asuntos urgentes»).
En los últimos años han aumentado estos ataques porque es muy fácil contratarlos. Es posible contratar un ataque DDoS por poco dinero, aunque el precio siempre depende del tiempo que dure dicho ataque.
El motivo por el cual son ataques breves y agudos es sencillo, ya que pueden causar daños y desaparecer antes de que se implante la nube de respaldo. Los atacantes prefieren realizar varios ataques de 6 minutos durante el día que uno continuo de 3 horas, más difícil de rechazar..
En 2020 los ataques DDoS en el mundo aumentaron un 200%, y en 2021 ha crecido aún más.