El plástico ha invadido a la humanidad, y el medio ambiente lo nota. Dejamos 10 millones de toneladas de desechos plásticos en los océanos cada año, y es necesario seguir avanzando para ver cuál es la mejor forma de reciclar toda esa basura.
Ahora han presentado un nuevo método que implica el reciclaje selectivo de poliolefinas, convirtiéndolas en combustibles líquidos como el diésel y los hidrocarburos de gasolina, según un estudio reciente publicado en la revista Science Advances.
El proceso se podría utilizar para tratar plásticos de diversos tipos, incluyendo polietileno de alta y baja densidad, poliestireno, polipropileno y botellas y bolsas de polietileno convencional.
La idea es convertir plásticos compuestos en combustibles y lubricantes. En 2012 la producción mundial de plástico alcanzó 314 millones de toneladas y se prevé que aumente a más de 1.200 millones de toneladas para 2050, por lo que saber qué hacer con ellos es una prioridad importante. En Estados Unidos se recicla menos del 9%, y eso genera grandes pérdidas económicas y daños en el medio ambiente. Creen que transformar plástico en más plástico con otra forma no es una solución sostenible a largo plazo, por lo que el medio más robusto y versátil de combatir los desechos plásticos es la conversión química.
Transformar químicamente el plástico para transformarlo en combustible es algo a lo que se han dedicado investigadores de la Universidad Estatal de Washington, quienes revelaron una nueva tecnología capaz de convertir desechos plásticos en combustible para aviones. Siguen trabajando para ayudar a encontrar formas ecológicamente correctas de propulsar aviones, que son responsables de una proporción descomunal de emisiones de carbono que alteran el clima.
El estudio de esta Universidad indica que consiguieron transformar el 90% del plástico convertido en combustible para aviones, además de otros productos de hidrocarburos útiles a temperaturas moderadas, en 60 minutos.