La tecnología militar sigue avanzando con sus propios objetivos, algo que siempre ha ocurrido y que siempre ocurrirá.
La mala noticia es que ahora ya han comenzado el programa de drones, autónomos, que consiguen lanzar misiles, la buena es que, como suele ser habitual, la tecnología militar se suele transformar en algo con objetivos más nobles después de algunos años.
Este proyecto es parte del programa LongShot, y tiene como objetivo crear un vehículo no tripulado capaz de desplegar armas aire-aire. En la imagen superior podéis ver un diseño otorgado a Northrup Grumman, Lockheed Martin y General Atomics para la primera fase del programa.
El plan es que el sistema se lance desde un avión tripulado más grande, despegue hacia un área determinada fuera del camino de los misiles terrestres y participe en múltiples amenazas de combate utilizando sus armas. Al tratarse de un avión no tripulado similar a un dron, ningún humano resultaría dañado si es derribado por otro vehículo.
Quieren cambiar la forma en que se realizan las operaciones de combate aéreo, un medio alternativo para generar capacidad de combate y que mantenga a los pilotos seguros dentro de rangos de enfrentamiento de posibles amenazas, mientras que los vehículos se encargarían de disparar primero.
Más adelante, el programa LongShot construirá un sistema de demostración lanzado desde el aire a gran escala que muestra sus capacidades de vuelo controlado antes, durante y después del lanzamiento de armas.
Ya habían estado investigando cómo atacar objetivos desde una distancia mayor, ahora se trata de querer disparar misiles mucho más cerca de los objetivos.
Esperemos que con el tiempo se pueda usar algo así para entregar bienes en zonas de rescate o de difícil acceso.
Imagen superior: Long Shot Unmanned Air Vehicle – DARPA