Hace un par de días atrás conocimos la situación en la que se estaba envolviendo Ant Group y Alibaba, entre otras empresas digitales de origen chino, lideradas por el empresario Jack Ma.
Tras una investigación por presunto monopolio, el Banco Popular de China, que ejerce el rol de Banco Central en el gigante asiático, estableció una serie de regulaciones para corregir sus violaciones a las regulaciones económicas locales.
Durante cerca de dos meses, las autoridades financieras de China realizaron una investigación en torno al patrimonio y los movimientos comerciales de las empresas de Jack Ma, quien tiene en su haber un verdadero imperio digital, de trascendencia mundial, encabezado por marcas como Alibaba y Aliexpress, por incumplimiento de regulaciones económicas y por presuntas prácticas monopólicas.
Según antecedentes recogidos por TC, Ant, que surgió en 2011 como una herramienta para procesar pagos en Alibaba, no contaba con una estructura de gobierno sólida, desafiaba los requisitos regulatorios, participaba ilegalmente en arbitrajes, excluía a sus competidores gracias a su ventaja en el mercado y perjudicaba los derechos de los consumidores, según el Banco Popular de China.
La resolución de la justicia: “Rectificar” los errores
En un tono bastante amable, ante la desigual posición desde la que las empresas de Ma se presentaban ante sus pares, el Banco Central chino determinó una hoja de ruta con cinco tareas para que Alibaba y sus empresas hermanas “rectifiquen” su camino.
Por mandato de la autoridad local, el holding de Ma debe volver a sus raíces en los pagos y aportar más transparencia a las transacciones que realice; debe obtener las licencias necesarias para sus negocios de crédito y proteger la privacidad de los datos de sus usuarios; también debe establecer un holding financiero y garantizar que tenga suficiente capital; así como renovar su crédito, seguros, gestión de patrimonio y otros negocios financieros de acuerdo con la ley; e intensificar el cumplimiento de su negocio de valores.
Lejos de escándalos mediáticos, en una reunión a puertas cerradas, Jack Ma se reunió con su equipo para crear una “fuerza de trabajo de rectificación”, un equipo interno que se encargará del cumplimiento de todos los requisitos exigidos tras esta notificación legal.
Todo este caso se desencadenó cuando Ant, el procesador de pagos asociado a Alibaba, superó en valoración los 300.000 millones de dólares, justo antes de embarcarse en su salida a la bolsa.
Esta situación marca un precedente en China para un mercado en constante crecimiento y con una creciente ambición de expansión global. Otras empresas, como Tencent o ByteDance podrían eventualmente encontrarse en la mira bajo esta lupa, siempre y cuando se detecten irregularidades de esta misma naturaleza.
Claramente, Alibaba y sus empresas hermanas son de un valor muy importante para la economía de su país. Sin embargo, el camino no lo tienen tan despejado como creían, pues hay reglas que en China se hacen respetar.