Durante las últimas semanas han aparecido muchas lámparas UV que prometen limpiar superficies en 5 segundos, algo no solamente falso, también peligroso.
Usar una lámpara UV en la mano para «desinfectar superficies» puede dañar la piel y los ojos si no se usa con muchísimo cuidado, motivo por el cual la desinfección UV siempre se realiza en laboratorios y recintos cerrados bien protegidos, lejos de toda actividad humana.
Hay varios tipos de luz ultravioleta, siendo la UV de tipo C la que se filtra en la atmósfera y no llega a los seres vivos. Es este tipo, con frecuencias de 100 a 280 nm, las que se aplican para desinfección de superficies. Para eliminar el virus de la gripe, por ejemplo, se suele usar este tipo de luz durante unos 5 minutos con potencias de 29 mW, tal y como dicen en RTVE:
[…] para eliminar el 90% del virus de la gripe, hacen falta unos 29 milivatios por centímetro cuadrado (mW/cm2), siendo necesario mucho más tiempo para el virus del SIDA.
Dentro de esta categoría hemos probado el UVsoap, un dispositivo diferente, ya que solo actúa cuando no hay humanos cerca. Lo tenemos que poner en una superficie enfocando a lo que queremos desinfectar (pomos de puerta, grifos, móviles…), y cuenta con sensores que determinan cuando hay manos delante y cuando no. Aquí lo explicamos en vídeo:
Cuando identifica que no hay nadie cerca, emite la luz junto con un led azul (para que sepamos que está activo) durante algunos minutos (2 minutos como máximo), garantizando así más efectividad que las que solo emiten unos segundos.
Su potencia es de 20 mW, y actúa con frecuencias de 200 a 280 nm, un rango cuya efectividad aún está siendo estudiada. Esta UVC lejana (280 nm – 200 nm) no daña ni la piel ni el ojo, pero aún así es importante tener cuidado.
Christian Zollner, de la Universidad de California, está estudiando el uso de UV de 260-285 nanómetros para la lucha contra el coronavirus en superficies, esperemos que los resultados prometan.