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Donald Trump amenaza con cerrar redes sociales, tras un pleito con Twitter

Donald Trump. Foto: Gage Skidmore

Twitter se ha consolidado durante los últimos años como uno de los espacios preferidos para difundir noticias, expresar opiniones y sumarse a debates. Esto trajo consigo un desafío importante para la red social: moderar la circulación de contenido engañoso y noticias falsas.

Las políticas de control de calidad de contenido de Twitter cobraron como primera víctima a Donald Trump. En un par de tweets del presidente de los EE.UU. se puede ver un enlace agregado por la red social a un hilo en el que se desmienten sus dichos, catalogándolos derechamente como falsos, respaldándose en prensa verificada. En su réplica, Trump catalogó esto como una “asfixia para la libertad de expresión” y amenazó con regular e incluso cerrar redes sociales si la situación no cambia.

El origen de la polémica

Todo comenzó el martes 26 de mayo, día en el que Trump publicó dos tweets en los que hacía alusión a un eventual fraude de voto por correo en California. Ambos fueron presa de las recientemente actualizadas políticas de moderación de contenidos engañosos en esta red social.

Junto a los textos, aparece un ícono de advertencia y un enlace que dirige a uno de los “Momentos” de Twitter, donde se presenta una selección de Tweets con enlaces a fuentes verificadas de información y medios reconocidos de la prensa.

Este apartado, junto con mostrar un párrafo que resume el contexto de esta situación, es encabezado por dos mensajes publicados por la cuenta @TwitterSafety. En uno, confirman la aplicación de estas etiquetas sobre los Tweets de Trump, aludiendo a que sus comentarios podrían confundir a la ciudadanía. El segundo tweet contiene un enlace a las Políticas de integridad cívica de Twitter, bajo las que se enmarcan estas medidas de moderación en período de elecciones.

Esta nueva forma de proceder patenta la visión que desde Twitter compartieron hace poco más de un año: si un tweet es considerado inapropiado, pero también de interés público, debería conservarse en la plataforma, tomando los debidos resguardos.

La respuesta de Donald Trump

Como era de esperarse, esta situación desató el malestar del presidente estadounidense. A través de su cuenta de Twitter publicó su réplica, acusando a las redes sociales en general de censura sobre las voces más conservadoras. Afirmó que estas plataformas serán sometidas a una regulación estricta o a su cierre, con tal de no permitir que algo así vuelva a ocurrir.

Llevando incluso el caso a eventos anteriores, Trump sacó a colación también las elecciones presidenciales de 2016, período en el que afirma que estas mismas redes sociales intentaron afectar su campaña electoral.

Cerrando su hilo, declaró que Twitter está “asfixiando completamente la libertad de expresión”, reiterando que desde su posición de presidente no permitirá que esto suceda.

Donald Trump tiene más de 80 millones de seguidores en Twitter, plataforma que parece ser la preferida para la difusión de sus mensajes.

La polémica es un factor que suele rondar en torno a sus opiniones expresadas en público y en esta ocasión, al ser la red social de los 280 caracteres el canal escogido para comunicarlas, fueron activados los protocolos pertinentes.

Aunque en esta primera instancia luce difícil que vayan a hacerse efectivas las amenazas de Trump, este precedente podría ser usado como un punto de referencia importante para que otras redes sociales y plataformas de comunicación tomen medidas para controlar la calidad de la información que circula en ellas, sobre todo cuando de por medio hay temas sensibles y una creciente lucha contra la desinformación y la posverdad.

Fotografía del encabezado: Gage Skidmore, bajo licencia CC.

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