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Audiómetros: historia, evolución e innovación

Tecnología, ciencia y salud son conceptos que suelen ir de la mano en muchos casos. La audiología no es la excepción, pues a lo largo de su historia han sido diversos los avances tecnológicos ligados principalmente a la realización de audiometrías, los cuales han sido parte fundamental de la historia de esta rama de las ciencias clínicas.

Actualmente, el estudio clínico de la capacidad auditiva de una persona a través de audiometrías forma parte esencial del ejercicio de la otorrinolaringología. No obstante, los avances tecnológicos enfocados en esta especialidad han llegado, en otra escala, también a soluciones ofrecidas a nivel doméstico.

Las siguientes líneas están dedicadas a un repaso histórico de la tecnología aplicada a la medición de la agudeza auditiva, desde sus orígenes hace siglos atrás, hasta las innovaciones que podemos conocer hoy en día.

Bases históricas de la audiometría

Hipócrates de Cos, considerado el «padre de la medicina»

Aunque se estima que las primeras pruebas auditivas las realizó Hipócrates de Cos entre los años 60 y 377 a. C., los primeros instrumentos creados para este propósito datan desde la segunda mitad del siglo XIX. En este período, varios prototipos y técnicas vieron la luz, los cuales aportaron desarrollos que se mantuvieron en el tiempo. Por ejemplo, los primeros audiómetros surgidos en esos años funcionaban gracias a bobinas de inducción, una tecnología heredada de los telégrafos, empleada durante un largo tiempo para darle vida a estos aparatos. Una muestra de esto es el dispositivo creado por el ingeniero e inventor David Edward Hughes, el cual es considerado el primer audiómetro. Consistía en un generador de frecuencias sonoras, diseñado para que los médicos lo utilizaran para detectar dificultades auditivas, las cuales debían ser señaladas por el paciente sujeto a tal prueba.

David Edward Hughes y Carl Seashore

Conforme pasaron los años y fueron evolucionando los avances del área, en 1889, el psicólogo Carl Seashore impulsó el uso de este dispositivo más allá de fines experimentales, introduciéndolo como un instrumento de medición de la “agudeza auditiva” para usos clínicos, pedagógicos e investigativos. Esto fue complementado posteriormente con los aportes del físico Max Wien, quien en 1903 diseñó conceptualmente, basándose en avances previos, un diagrama que complila los datos que se pueden recoger a través de una prueba auditiva, graficando la frecuencia frente a la amplitud de la sensibilidad auditiva en los seres humanos. Con esto se sentaron las bases para la audiometría moderna.

El primer audiómetro electrónico apareció en 1919 en Alemania. Tras la Segunda Guerra Mundial, fue ampliamente utilizado en exámenes realizados hospitales especializados en la atención a soldados con pérdida auditiva. Este hito marcó la consolidación del uso de este dispositivo para realizar evaluaciones auditivas de carácter clínico.

La audiometría hoy

Como en todo proceso científico-tecnológico, el perfeccionamiento y evolución de los instrumentos y técnicas de la audiometría fue constante con el paso del tiempo, presentando periódicamente novedades y avances, hasta llegar a la tecnología a la que hoy podemos acceder, más compleja y avanzada que la de sus predecesores.

Actualmente, las audiometrías se clasifican en dos grandes categorías: las pruebas tonales, que se aplican para medir la capacidad de una persona para percibir tonos en distintos niveles e intensidades, siendo un medio para detectar patologías como la hipoacusia; y las pruebas de audiometría verbal, las cuales miden los umbrales de identificación de sonidos hablados.

Entre las soluciones de audiometría contemporáneas, destacan varios ejemplares que distan mucho de aquellos primeros aparatos que aparecieron, los cuales hoy pueden hasta llegar a parecer básicos y rústicos frente a estos nuevos avances.

Desde 2017, la compañía Audicus, dedicada a la fabricación de audífonos y otros accesorios auditivos, ofrece un test de audición en línea, el cual mediante un procedimiento similar al de una audiometría, pone gratuitamente a disposición una prueba que puedes ejecutar desde tu navegador web usando auriculares. Sus algoritmos de detección pueden alertar a sus usuarios si requieren de asistencia médica en caso de que su condición lo amerite y también, a través de los datos recabados ofrecen la posibilidad de adquirir audífonos calibrados para las necesidades del usuario sometido al test.

En plena era de dispositivos inteligentes, en el campo de la audiología también podemos encontrar dispositivos “smart”. Ejemplo de aquello es lo presentado por Kiversal y su dispositivo Audixi 10, el cual es un audiómetro inteligente que puede manipularse de forma similar a una tableta. Además de sus funciones de audiometría, puede utilizarse como una agenda para llevar control de las citas con pacientes (ideal para profesionales del área). Su capacidad de conexión a Internet y la posibilidad de conectarle accesorios USB facilita la gestión y exportación de información, conexión con impresoras y otros dispositivos o sistemas complementarios.

Hablamos con ellos recientemente en sus oficinas en Barcelona, y nos mostraron cómo son capaces de acelerar el proceso médico con una solución realmente inteligente. Están trabajando con un proyecto que permitirá toda la gestión de los datos en la nube, lo que facilitaría aún más la integración en los centros médicos, ya que se iría haciendo cada vez más independiente de la infraestructura existente en cada local.

Algo que nos llamó la atención es el proceso de calibración, ya que evitan que se tenga que enviar al servicio de asistencia técnica. Toda la calibración se hace remotamente, y pueden emitir un certificado de calibración tan solo actualizando los transductores de audio.

Otra novedosa innovación de audiometría clínica es la ofrecida por HearX y su producto HearTest, el cual opera a través de una aplicación para smartphone y unos auriculares especialmente calibrados para la realización de estas pruebas. A pesar de su sencillez, esta solución ofrece resultados precisos y clínicamente válidos, los cuales además de presentarse a través de la app, se sincronizan con una nube, para gestionarlos a través de un ordenador.

Una alternativa similar a la recién mencionada es la que ofrece uSound, la cual también opera a través de un smartphone y auriculares especialmente calibrados. La diferencia principal se encuentra en que como accesorio adicional puede implementarse opcionalmente una vincha de conducción ósea, para conocer a través de este medio los niveles mínimos de intensidad a los que la persona sometida al test puede percibir mediante estímulos acústicos, de forma directa en el oído interno.

La tecnología avanza a pasos agigantados, impulsando de paso a otras disciplinas que se valen de los recursos que proporciona para funcionar. Ejemplo de esto son los casos que acabamos de repasar en torno a la audiometría. Desde los prototipos del siglo XIX, hasta las soluciones “smart” de hoy en día, hay grandes esfuerzos de investigación y perfeccionamiento de por medio.

Nunca está de más recordar que se recomienda confiar el uso de estos aparatos por profesionales competentes en el área, ya que son las personas más idóneas para realizar correctamente las pruebas, interpretar adecuadamente los resultados y ofrecer el diagnóstico más acertado posible.

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