Todos estamos ya acostumbrados a usar Wi-Fi a diario, un estándar de conectividad inalámbrica que está evolucionando.
El año pasado, Wi-Fi.org, la organización que maneja los estándares de Wi-Fi, lanzó un nuevo protocolo llamado Wi-Fi 6, necesario para mejorar la eficiencia del estándar y permitir que más dispositivos puedan conectarse a una misma fuente sin sacrificar la velocidad.
Pero hay más posibilidades, y el IEEE las está analizando para ofrecer más funcionalidades en siguientes versiones. Aunque la característica principal siempre sería obtener un alto rendimiento para que múltiples dispositivos puedan conectarse a la red e intercambiar datos a velocidad Gigabit en un rango más largo, podría permitir que los vehículos se comuniquen entre sí y evitar cualquier colisión, así como en detectar el movimiento en una casa a través de señales de radiofrecuencia.
El objetivo de detectar el movimiento de las personas dentro de una casa sin necesidad de sensores adicionales podría ayudar en el mundo de Internet de las cosas, incluso en el de la medicina, ya que el sistema es tan sensible que podría detectar la frecuencia respiratoria de las personas de una habitación.
Eso significa que con WiFi 7, 8 o posteriores, podrían crearse sistemas que analicen la salud de las personas, que emitan alarmas si alguien pierde el conocimiento en una sala, que determinen si hay más o menos estrés en una auditorio durante una charla, que vea el estado de excitación de personas dentro de un cine en determinadas escenas… las posibilidades son ilimitadas.
De momento el grupo no está concentrado en el aspecto de privacidad, pero es un sector que también está avanzando rápidamente, por lo que seguramente tendremos funciones enfocadas en este quesito.