Otra de las zonas de más interés en la Smart City Expo World Congress 2019 es la de Singapur, país que muestra una gran colección de aplicaciones móviles que usan para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Junto a una enorme maqueta, compitiendo con la de Shanghái, muestran los códigos QR de decenas de apps que usan para prácticamente todo.
Os lo cuento en vídeo:
Como veis, cuentan con aplicaciones para recibir feedback de los ciudadanos, para identificar problemas, para verificar documentos o recibir notificaciones. Nos ha llamado la atención una en particular para mejorar la calidad de vida de las personas con demencia senil, creada para apoyar a las personas con demencia y sus familias para que se sientan respetadas, valoradas y puedan continuar llevando vidas independientes en el hogar y en la comunidad.
Es una estrategia algo diferente a lo que se ha visto en otras ciudades y países de la feria. En lugar de apostar (que también lo hacen) en sensores que monitorizan absolutamente todo para tomar decisiones automáticas, invierten mucho esfuerzo en dejar que sea la población la que ofrezca dicha inteligencia.
Son los ciudadanos los que, con un móvil en la mano, consiguen informar y participar de forma activa de decisiones estratégicas, indicando problemas y buscando soluciones en conjunto.
No hace falta un sensor de movimiento para saber que hay una persona caída en medio de la calle, basta con alguien cerca que ayude o que pida ayuda en pocos segundos.
Una ciudad inteligente no tiene que ser siempre una ciudad tecnológicamente innovadora, puede ser, simplemente, una que sabe gestionar de forma inteligente los recursos disponibles, incluyendo los humanos.