En China se ha realizado un implante dental algo diferente: el cirujano era un robot, y el diente nació de una impresora 3D.
La cirugía duró 1 hora, y se realizó sin intervención del personal médico, aunque había profesionales atentos por si algo salía mal.
El robot únicamente tuvo que seguir instrucciones preprogramadas, ya que la boca del paciente tenía instrucciones para orientar a los brazos robóticos, algo semejante a los códigos QR. El paciente estaba despierto, por lo que el robot necesitaba responder a movimientos inesperados y recalibrar cualquier acción.
El robot de la imagen superior es Yomi, muy usado en Estados Unidos como asistente, pero en este caso es la primera vez que el robot consigue realizar desde cero la operación, sin ayuda humana.
El robot chino que realizó la cirugía de implantes surgió de una colaboración entre la Universidad Beihang de Beijing y el Hospital Estomatológico de la Cuarta Universidad Médica Militar, según el periódico South China Morning Post, que publicó por primera vez la noticia. En China faltan dentistas, y parece que los robots aprovecharán esta oportunidad.
El año pasado, un robot autónomo venció a cirujanos en una competición para coser el intestino delgado de los cerdos, lo que deja claro que es cuestión de tiempo: los robots acabarán realizando muchas cirugías en el futuro.