En MIt Technology Reviews han publicado un artículo con detalles del nuevo proyecto de la compañía Second Sight, la evolución de su ya existente «ojo biónico» Argus II.
Se trata de «Orion», un dispositivo que incluye un implante en el cerebro, capaz de recibir señales del exterior para que la persona pueda «ver» lo que hay a su alrededor.
Cuando Second Sight presentó Argus II al mundo, lo hizo como un par de gafas equipadas con una cámara y un procesador externo. Ya han vendido 250 en todo el mundo, con un precio de 125.000 dólares por unidad. Los pacientes son capaces de detectar luz y oscuridad, así como contornos de objetos y, en algunos casos, letras, lo que ya es un gran avance para muchos. Argus II solo sirve para quien perdió la visión por causa de retinosis pigmentaria; El receptor está dentro del ojo, por lo que el nervio óptico debe estar en perfecto estado para transmitir la señal al cerebro. La descarga de pulsos eléctricos debe indicarle al cerebro que percibe patrones de luz.
En el caso de Orion se puede olvidar el ojo, ya que el receptor está en el cerebro, por lo que puede aplicarse a muchas otras personas, desde las que perdieron el ojo en algún accidente como las que tienen glaucoma, cáncer, retinopatía diabética y otras. El problema es que requiere cirugía en el cerebro, incluyendo extracción de parte del cráneo para poder poner el receptor, y eso tiene varios riesgos (incluyendo infección).
Orion también necesita gafas equipadas con una cámara y un procesador externo, y podrá empezarse a probar con cinco pacientes en dos centros, la Escuela de Medicina de Baylor y la Universidad de California en Los íngeles. La idea es realizar pruebas en octubre y hacer su primer implante para el final del año.
Aún es necesario entender mejor cómo el cerebro procesa imágenes para producir el sentido de la vista, así como cómo las neuronas extraen información de la corteza visual, pero es un gran primer paso.