El Departamento de Inmigración y Protección de Fronteras está trabajando en un nuevo sistema que se basa exclusivamente en la tecnología de de reconocimiento biométrico. Es decir, los pasajeros serán identificados por reconocimiento facial, huellas dactilares o iris.
Así que ya no más pasaportes, ni interacción con los agentes del aeropuerto, y en solo unos segundos el tedioso tramite podría acabar. Esto no solamente plantea un sistema más eficiente que agilizaría el proceso, sino que además daría un bonus extra de seguridad.
Según los planes, van a probar este nuevo sistema en julio en el Aeropuerto Internacional de Canberra, como una primera fase, y según la dinámica y los resultados que arroje se integraría en otros como por ejemplo, el Aeropuerto Internacional Kingsford Smith.
La idea es, según el gobierno de Australia, que para el 2020 ya cuenten con un sistema de este tipo, que permita procesar el 90% de los pasajeros internacionales. Pero queda mucho camino que recorrer aún, por lo que están pidiendo que los licitadores presenten propuestas innovadoras, siguiendo este misma línea.
Vía: Digital Trends