Como parte de un programa financiado por DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa), Xerox PARC ha creado un chip basado en vidrio que es capaz de destruirse de forma automática cuando el usuario lo desee, en solo 10 segundos, siendo ideal para almacenar datos como claves de cifrado, por ejemplo. El resultado es completamente imposible de ser recostruido, tal y como puede verse en el vídeo de demostración publicado en computerworld.com.au.
El chip está basado en Gorilla Glass, el cristal duro usado en las pantallas de muchos teléfonos inteligentes, pero lo han modificado para que, al recibir el estímulo adecuado, pueda romperse en miles de pequeños pedazos.
El calor es la clave de la explosión, ya que cuando uno de los circuitos se enciende, una pequeña resistencia se calienta y el cristal se rompe en mil pedazos. Incluso después de rommperse, los pequeños fragmentos seguían rompiéndose en trozos menores durante varias decenas de segundos.
En la demostración realizada el circuito de auto-destrucción fue provocado por un fotodiodo, que conecta el circuito cuando una luz brillante incide sobre ella. En esta ocasión, la luz fue proporcionada por un láser, pero podría ser también una señal de radio.