La mosca de la fruta ha sido durante décadas una protagonista en los laboratorios científicos de todo el mundo, objetivo de experimentos que ayudan a descubrir muchos detalles sobre casi todos los aspectos de nuestra propia biología. El problema es que el estudio de dicha mosca es una tarea monótona y aburrida, según comentan en este artículo de la Universidad de Stanford, y es por ello por lo que han decidido ponerle nuevas pilas con la construcción de un robot..
Un equipo de investigadores dirigido por Mark Schnitzer, profesor asociado de biología y de física aplicada, ha creado un robot que permite hacer estudios muy precisos con un gran número de moscas, llegando a estudiar 1000 moscas en solo 10 horas.
Se trata de un robot volador que vuela entre las moscas. Cuando está listo para «atacar», parpadea con luz infrarroja (invisible para las moscas) que se refleja en el tórax de los insectos, reconociendo individualmente a cada una antes de usar un tubo de succión pequeño para atraer el insecto.
El robot utiliza visión artificial para analizar los atributos físicos de la mosca, las ordena según su sexo y realiza una microdisección en el cerebro del insecto, siempre con el objetivo de descubrir «secretos» relacionados con el mecanismo de envejecimiento humano, el cáncer, la diabetes y otras enfermedades.
A fly-catching robot developed at Stanford Bio-X will help speed up biomedical research: https://t.co/vsgE671JqS pic.twitter.com/NqkJ1v3uLE
— Stanford University (@Stanford) Mayo 25, 2015
Aunque las moscas y los seres humanos tienen diferencias obvias, en muchos casos nuestras células y órganos se comportan de manera similar, motivo por el cual el análisis de este insecto es extremadamente importante.
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