Los tiempos cambian, y Microsoft intenta adaptarse a ellos.
Es cierto que no es precisamente la compañía más ágil del mercado, no tiene buenos reflejos (tarda bastante en entender lo que el consumidor necesita) y eso se nota cuando otras empresas como Apple o Google consiguen pisarles en su propio terreno.
Satya Nadella tiene mejor visión que su antecesor, y parece que se está rodeando de profesionales con mejor intuición, ya que algunos de sus ingenieros, como Mark Russinovich, opina que sí es posible tener un Windows de código abierto en un futuro.
La afirmación la oímos en su participación en Chefcon, donde comentó que hay que adaptarse a la realidad en la que vivimos. Hay que buscar otros modelos de negocio, seguramente, para llegar a más gente con mejor relación calidad/precio.
No hace mucho vimos la publicación de .NET bajo licencia Open Source, pero una cosa es hacerlo con .NET y otra es hacerlo con Windows. Internet Explorer, que solo es un navegador web, ha tenido que eliminarse y plantearse desde cero como «Spartan», para acabar con la herencia de muchos años poniendo código sobre código, por lo que imaginad lo que supondría liberar Windows.
Por supuesto, no se ha hecho ninguna promesa ni se ha hablado de un proyecto real, pero lo más difícil ya está hecho: la intención, el dejar de considerar al código abierto como un enemigo.