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Crowfunding y crowdsourcing, Enrique Estellés nos habla sobre ambos conceptos

El ”˜crowdfunding”™ ha aparecido tanto como una necesidad como una evolución creativa”

El crowdsourcing se está imponiendo en la actualidad de las sociedades de medio mundo como una herramienta muy útil para externalizar tareas y trabajos mediante el uso de comunidades masivas profesionales y particulares, lo que agiliza tiempos y mejora y aumenta el número de propuestas y de ideas para cualquier tipo de proyecto. Enrique Estellés (@kike_estelles), investigador en crowdsourcing y crowdfunding, nos acerca estos conceptos tan en boga y valora su uso por parte de las diferentes plataformas que han nacido en torno a ellos en los últimos años.

¿Cuál es la manera más sencilla y didáctica para definir el crowdsourcing al público general?

Lo cierto es que es un fenómeno complejo y simplificar la definición puede llevar a que no se comprenda en su totalidad. De todas maneras, una forma rápida de definirlo podrí­a ser “forma de pedir a la gente de Internet que realice alguna tarea a cambio de una recompensa”. Aquellos más cercanos al mundo de la empresa, podrí­an entender el crowdsourcing como una especie de externalización o “subcrontratación”, pero no de empresas, sino de personas. Además, en el crowdsourcing no aparece una selección de participantes, sino que cualquiera puede hacerlo. El filtro o selección vendrí­a en los resultados.

¿Por qué te especializaste en este campo a la hora de investigar? ¿Qué encontraste en esta innovadora manera de financiación y/o de trabajo colectivo?

Acabé en este ámbito de casualidad. Mi director de tesis me ofreció participar en un proyecto muy pionero que en 2010 empezó a estudiar el crowdsourcing. Pionero porque, por entonces, aquí­ en España el término era prácticamente desconocido. En primer lugar, me atrajo ver la capacidad que puede tener el ser humano a la hora de generar conocimiento y encontrar soluciones. Me alucina, por ejemplo, que en webs como InnoCentive, un abogado sea capaz de resolver un problema relacionado con un compuesto quí­mico, que nada tiene que ver con su especialidad. Por otro lado, una caracterí­stica que me gusta mucho es que la pieza fundamental del crowdsourcing son las personas. Si no hay crowd, el resto da igual. En cuanto al crowdfunding (crowdsourcing centrado en la financiación), es una manera magní­fica de ayudar a la gente a sacar adelante cualquier tipo de proyecto. Si tengo una idea, por disparatada que sea, y gente suficientemente interesada en que salga adelante, ¿por qué un banco debe ser quien decida si mi proyecto sale adelante o no? Con el crowdfunding, si ofrezco algo que la gente quiere, puedo sacarlo.

¿Cuáles son las principales caracterí­sticas que diferencian al crowdfunding de plataformas como Verkami de la open innovation de otras como Ideas4all?

Son dos tipos distintos de crowdsourcing que difieren en qué es lo que pides a la multitud de Internet. En el crowdfunding le pides a la gente que te dé dinero para financiar un proyecto, mientras que en el caso de la open innovation se pide a la multitud una tarea completamente cognitiva y/o creativa: solucionar un problema, aportar ideas para un determinado tema, etc.

¿Por qué crees que están surgiendo actualmente a nivel nacional tantas plataformas de crowdsourcing? ¿Es una cuestión de necesidad o de evolución creativa?

Actualmente, y por lo que he podido ver, lo que realmente proliferan son plataformas de crowdfunding. Esta se ha convertido en una de esas palabras de moda que se empiezan a oí­r en muchas partes. La razón de su proliferación creo que es múltiple. Principalmente, el hecho de ver que ha funcionado en otros paí­ses y los beneficios que puede aportar, ha provocado que surja interés en España. Dada la crisis económica actual, ha aparecido tanto como una necesidad (para todos aquellos que no encuentran apoyo en entidades financieras o de crédito) como una evolución creativa (toda Europa está subida al tren del crowdfunding y España no debe quedarse atrás).

La plataforma Talents United ha llevado a cabo un concurso de diseño para definir la nueva imagen como playa urbana de la ciudad de Benidorm. ¿Qué te parece el uso de la crowdcreativity para unir mentes ciudadanas y tratar de mejorar la calidad turí­stica de lugares que, a fin de cuentas, van a ser disfrutados por esa misma sociedad?

La idea de unir ”˜mentes ciudadanas”™ es muy útil siempre que se utilice bien. Un ejemplo muy bueno, y que me parece de gran utilidad, es la plataforma Ziudad, que usa el crowdsourcing para que los ciudadanos informen a sus ayuntamientos de desperfectos en el mobiliario urbano. El caso del crowdsourcing creativo es siempre mucho más conflictivo. De hecho, hay una oposición de prácticamente la totalidad de diseñadores hacia este tipo de prácticas. Yo creo que el problema fundamental está en la intención de quien utiliza este tipo de prácticas y en su situación particular. Por ejemplo, una empresa pequeña con pocos recursos o una start up que necesita un logo serí­a un buen candidato a usar este tipo de iniciativas. Otro caso distinto serí­a una gran empresa, con recursos suficientes, que utiliza el crowdsourcing creativo para ahorrar costes. Estos casos siempre generan malestar sobre todo en colectivos como los diseñadores. La idea de que los propios ciudadanos diseñen la imagen de Benidorm no me parece mal. De esta forma el ayuntamiento puede implicar a sus ciudadanos en el desarrollo de la ciudad, pero, realmente, ¿cuántos de los que han participado en esta iniciativa son solo ciudadanos?

¿Existe todaví­a mucho desconocimiento por parte de la sociedad en cuanto a las herramientas de las que dispone para lanzar un proyecto de una manera sostenible como gracias al crowdfunding?

En general sí­. Pero más que de las herramientas, existe desconocimiento de cómo llevar a cabo una campaña de crowdfunding. Mi experiencia como consultor en temas de crowdfunding es que muchas veces la gente cree que el crowdfunding es algo automático: yo publico mi proyecto y obtengo la financiación. Realmente, llevar a cabo una campaña de crowdfunding con éxito tiene su dificultad e implica un trabajo importante. Eso, sobretodo, es lo que la gente ignora.

¿Es el crowdfunding una buena alternativa o salida para los sectores de la música, del cine o de la escritura?

De esos tres, yo destacarí­a el caso de la música y de la escritura. Se trata de proyectos relativamente pequeños y que suelen necesitar cantidades no demasiado grandes para salir adelante (3.000€, por ejemplo). En el caso de escritores o músicos que ya han publicado, en muchas ocasiones cuentan ya con sus seguidores (sean legión o no). Este hecho facilita este tipo de proyectos: la comunidad de usuarios interesada en tus productos está ya localizada, lo que no implica que debas siempre aumentarla buscando nuevas personas, y además, estos mismos seguidores pueden hacer de altavoz para promocionar el proyecto entre sus conocidos. Otro tema es cuando el que pide la financiación mediante crowdfunding es alguien famoso que cuenta con miles o cientos de miles de fans. Hay casos en los que han llegado a conseguir más de un millón de euros en dos dí­as y casi sin despeinarse. Por su parte, en el cine se puede utilizar también, pero es más complicado. La pelí­cula El Astronauta necesitó, por ejemplo, varias rondas para poder ser financiada y le costó bastante tiempo. El problema principal es que hablamos de cantidades económicas muy grandes.

Imagen: shutterstock.com

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