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Pasos para registrar la marca de una aplicación

Artí­culo actualizado el 15 de marzo de 2024 y escrito por Luis Naranjo, socio fundador de Protectia patentes y marcas.

Registrar el nombre de una aplicación para terminales móviles (y su logotipo, si procede) como marca es fundamental. Este signo distintivo es el que los usuarios reconocerán tanto en las tiendas como en su propio dispositivo y con él asociarán la utilidad de la aplicación, lo bien que lo pasan con ella, etc.

Si consideramos que el campo visual de la pantalla es clave y que la imagen de los iconos que identifican cada aplicación dentro de ella también, es fácil darse cuenta de lo importante que es disponer de un derecho de uso exclusivo de esta imagen, así­ como del activo contable que el registro de esta imagen supone. Os muestro algunos ejemplos reales de marcas registradas por Apple Inc.

Expuesta la importancia del registro de marca, vamos a la práctica.

Los pasos a seguir para registrar el nombre de una aplicación para móviles son:

Paso 1: Decidir si la marca a registrar estará constituida por una denominación, un grafismo y/o logotipo, o ambos.

Se debe conocer que las marcas registradas pueden estar constituidas por una denominación (un nombre), un gráfico (un logotipo) o ambas cosas (marca mixta). En el caso de las aplicaciones, y en base a lo dicho en el párrafo anterior, lo más recomendable es solicitar marcas graficas y/o mixtas.

Paso 2: Clasificar correctamente la marca.

Las marcas se protegen para una/s actividad/des concretas para lo que se emplea la clasificación de Niza. Esta clasificación dispone de 45 epí­grafes donde se enclavan todos los servicios y productos existentes. Se han de elegir y describir tantas clases como se precisen. En el caso de las aplicaciones para móviles, y del software en general, se enclava en la clase 9.

Es interesante también mencionar que dependiendo de la función que desempeñe la aplicación, puede ampliarse o sustituirse esta clase 9 para dotar al registro de una adecuada protección. Así­, si la aplicación en cuestión sirve, por ejemplo, para desarrollar los servicios de una agencia de viajes, la clase 39 será la ideal, pues en ella de distingue esta actividad. Un profesional será quien mejor aconseje sobre este punto.

Paso 3: Decidir en qué paí­s o paí­ses me interesa el registro.

Este es un paso fundamental. Las marcas las concede cada estado de forma independiente, salvo escasos casos como el registro de una marca comunitaria que tiene validez en los 28 Estados de la UE.

El hecho de que el derecho de uso exclusivo que otorgan las marcas registradas sea territorial suele suponer un gran dilema inicial, pues la comercialización de aplicaciones para dispositivos móviles no conoce fronteras.

El dilema comienza a templarse cuando el sentido común, unido a los consejos de un profesional, impera.

Lo primero que debe entenderse es que tener la marca registrada en todo el mundo no es necesario. Es más, hacerlo muy probablemente sea absurdo por el descomunal esfuerzo económico que supondrí­a y el escaso rendimiento monetario que se obtendrí­a de esta inversión.

Por tanto, se han de centrar los registros en los territorios de interés comercial y en base a parámetros lógicos como el idioma de la aplicación o sus capacidades.

Una variable de peso a la hora de tomar esta decisión territorial, como es lógico, es la del coste del propio registro de marca, así­ como el de la complejidad de la gestión y los tiempos de tramitación.

A este respecto junto al equipo de profesionales de Protectia patentes y marcas he elaborado una sencilla tabla con los costes, requisitos y tiempos medios de tramitación en los paí­ses LATAM y en España.

Los importes que aparecen en la tabla son orientativos y para simplificarlo aparecen como finales, es decir, que incluyen las tasas oficiales, los gatos de posibles enví­os, traducciones, cambios de moneda así­ como los honorarios profesionales que Protectia, como ejemplo de despacho profesional, cobra por llevar a cabo cada gestión. Lógicamente cada despacho profesional aplicará sus tarifas, pero estos precios son una excelente referencia para ponerse en situación.

Hay que tener en cuenta que para registrar una marca se necesita un representante legal en los paí­ses donde no se dispone de residencia, además de estar bien aconsejados sobre cada legislación, tener garantí­as de la capacidad de gestión y de informar durante la tramitación así­ como de hacer un seguimiento y vigilancia del expediente durante toda su vida legal. Una Agencia Oficial de Propiedad Industrial, como protectia.eu, se hace por tanto imprescindible.

La tramitación administrativa de cada uno de estos paí­ses tiene algunas peculiaridades. Venezuela por ejemplo no se rige por la anteriormente citada clasificación de Niza, pero en general las tramitaciones administrativas pasan por las siguientes etapas:

1. Solicitud
2. Examen de forma
3. Publicación en un boletí­n o gaceta oficial, y apertura de un plazo de para la presentación de oposiciones por parte de terceros
4. Resolución

Tras la publicación de la solicitud de marca es muy habitual recibir cartas en las que se solicita el pago por gestiones relacionadas con la tramitación de las marcas que son innecesarias. Ninguna de estas cartas guarda relación alguna con ningún servicio de registro oficial de marcas por lo que estos importes NO se deben pagar.

Paso 4: Hacer un estudio de viabilidad de marca en cada territorio

Por otro lado, antes de invertir dinero en una solicitud de marca es importante evaluar la viabilidad de la marca en el territorio seleccionado, es decir, ver qué marcas anteriores registradas o solicitadas idénticas o parecidas hay para comprobar que, efectivamente, no serán un obstáculo insalvable durante la tramitación. También se verificará que no se trata de un vocablo, por ejemplo genérico o geográfico, pues estos están expresamente excluidos en la ley de marcas de ese territorio.

Es muy aconsejable comprobar también si existen nombres de dominio registrados para tenerlo en consideración.

Paso 5: Vigilar la marca preferiblemente por un profesional

La vigencia de una marca en la mayorí­a de los paí­ses es de 10 años a contar desde el momento de la solicitud renovable por iguales periodos.

Pero con la concesión no ha de finalizar la labor. Siempre es recomendable vigilar una marca registrada, y no solo para estar al tanto de su renovación sino también para estar informado en plazo de nuevas solicitudes que puedan entrar en conflicto con la misma.

En el caso de marcas para aplicaciones para móviles estos conflictos de intereses pueden ser importantes especialmente en casos de identidades denominativas, fonéticas y/o visuales donde el riesgo de confusión o asociación por parte del usuario es muy elevado. En estos casos es vital estar informado en plazo para poder emprender las acciones administrativas de defensa pertinentes.

La vigilancia de marcas se realiza empleando potentes herramientas informáticas con las que se comparan las marcas en vigilancia con todas las nuevas solicitudes publicadas en los boletines destinados a tal fin. Los resultados han de ser valorados por un profesional para garantizar que solo llegaran al titular las comunicaciones de su interés.