100 litros de hidrógeno es lo que necesita la bicicleta del vídeo para poder circular 125 km a un máximo de 35 kilómetros por hora por las calles de Strathfield, ciudad australiana en la que se está probando este prototipo desarrollado por la Universidad de Nueva Gales del Sur.
La idea es que el hidrógeno se mezcle con el oxígeno del aire, produciendo la energía necesaria para que el motor se ponga en funcionamiento. El agua resultante va cayendo al suelo, sin generar polución y permitiendo descansar al ciclista en los trayectos más duros.
El Hi-Cycle puede recargar sus botes de hidrógeno en solo 30 segundos, aunque también tiene baterías de litio tradicionales (que cargan en 6 horas) para cuando no es sencillo encontrar el combustible.
Una parte fundamental de la investigación es encontrar una manera de almacenar hidrógeno en una forma compacta, algo fundamental para poder encontrarlo en puestos de combustible tradicionales. Hoy se está probando el vehículo en el Open-Day, mostrando al mundo como el hidrógeno es una buena solución para crear energía de forma limpia.
Aún tardaremos mucho en ver carteles del tipo «recargue su depósito de hidrógeno aquí», pero por lo menos podemos ver que hay iniciativas interesantes trabajando con el tema.