Los sistemas de Inteligencia Artificial pueden usarse en una cantidad inimaginable de sectores, y el de «salvar el mundo» es uno de ellos.
Ahora es la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth (CSIRO) quien ha anunciado asociaciones con Microsoft, el Ayuntamiento de Hobart y Chemistry Australia solucionar parte del problema de los desechos plásticos de Australia usando la Inteligencia Artificial, el aprendizaje automático y sensores de cámara para la detección de plásticos y el monitoreo de desechos en vías fluviales.
Usarán sensores de cámara en lugares estratégicos para evitar que la basura fluya hacia los desagües pluviales, y de esta forma conseguirán al mismo tiempo recopilar datos para detectar y clasificar la basura que se encuentra en las vías fluviales.
Las imágenes capturadas por los sensores pasarán por un sistema de reconocimiento de imágenes de Microsoft AI, que acelerará la detección y clasificación de la basura. De esta forma será posible reaccionar más rápidamente y trabajar para mejorar la calidad del agua más rápido que si lo hicieran manualmente.
CSIRO también está trabajando con el Ayuntamiento de Hobart para desarrollar una red de sensores autónomos para proporcionar informes en tiempo real sobre la cantidad de basura que se captura en los desagües pluviales, y con Chemistry Australia para ayudar a los australianos a comprender cómo usar, reutilizar y reciclar de manera sostenible los productos plásticos.
En total se invertirán unos 60 millones de euros para este proyecto que, una vez se verifique su éxito, podría ser exportado para que la basura plástica se detecte automáticamente en los desagües de otros países del mundo.