Nextdoor es una aplicación, disponible para web, iOS y android, que quiere impulsar la vida de barrio.
Con siete años de historia, lanzada en Estados Unidos en 2011, llega ahora a España con el objetivo de unir vecinos para construir mejores vecindarios, algo ya conseguido en varios países europeos, creciendo gracias a inversiones por más de 250 millones de dólares de empresas de capital riesgo estadounidenses, como Benchmark y Greylock Partners, y de inversores europeos, como Axel Springer, entre otros.
Hablamos con Joana Caminal, responsable por Nextdoor en España, quien nos cuenta algunos detalles interesantes para ayudarnos a entender la magnitud del proyecto:
– Actualmente hay más de 200.000 barrios en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Países Bajos, Alemania e Italia registrados, con 250 nuevos barrios españoles y 20.000 nuevos miembros en España solo en la fase de beta privada.
– Existen categorías de todo tipo: compra y venta de objetos, eventos, objetos perdidos, documentos… contenido que se publica directamente en la plataforma, pero que siempre es monitorizado por moderadores regionales que garantizan la «buena salud» del mismo.
– En los primeros días de vida en nuestro país ya se ha detectado una gran actividad a la hora de buscar profesionales locales, alquilar locales, vender o comprar objetos, recomendar eventos o encontrar algo perdido.
– La verificación es una gran prioridad. Los usuarios se registran con su nombre y dirección real, y la plataforma se encarga de verificar si la dirección es verdadera, ya sea enviando un código vía correo postal o pidiendo la localización GPS con cierta frecuencia.
– El contenido publicado en Nextdoor no se indexa, se mantiene de forma privada dentro de la plataforma, por lo que nunca podrá ser encontrada por Google, siendo así una forma segura de comunicarse con gente real sin miedo a tener problemas de privacidad.
Joana cuenta con el apoyo de una gran cantidad de profesionales repartidos por toda España responsables por analizar el tipo de contenido publicado en cada barrio, de forma que si en algún caso se transforma únicamente en un lugar de compra y venta de objetos de segunda mano, por ejemplo, se realizarán las acciones necesarias para aumentar la variedad de dicho contenido. De la misma forma se evitarán publicaciones de contenido agresivo, o que incite al odio y a la violencia, aunque los propios usuarios pueden realizar denuncias cuando estén ante algo así.
Llevamos probándolo varios días en un barrio de Barcelona y hemos notado que, efectivamente, existe una necesidad de comunicación entre vecinos que las redes sociales actuales no pueden cubrir. Desde petición de consejos para saber cuál es la mejor escuela de inglés cerca del colegio, a plazas de parking que quedan disponibles en un momento determinado.