Un nuevo material que podrí­a obtener agua del aire, incluso del más seco

En news.sciencemag.org han publicado un artí­culo en el que hablan de un nuevo material compuesto de miles de millones de diminutos tubos de carbono que podrí­a algún dí­a obtener agua «de la nada».

Para la creación de dicho material han utilizado la estructura de las alas del escarabajo del desierto de Namib, capaz de obtener agua de las regiones áridas.

Dicho escarabajo atrae las moléculas de agua con sus alas, formando gotas que se dirigen hacia su boca. Los investigadores han aplicado la idea en un material que usa nanotubos de carbono y que usa dos capas: una que atrae el agua y otra que la repele, al igual que las alas del escarabajo.

El volumen de vapor de agua que puede recoger depende de la humedad del aire, aunque en condiciones secas se ha comprobado que puede ser capaz de obtener hasta su propio peso en agua en solo 11 horas, ritmo que aumenta cuando es un ambiente húmedo.

La idea es usar este concepto en regiones que no reciben suficiente lluvia para la población local, una alternativa que se suma a las ya existentes, ya que la idea de crear tecnologí­a para capturar la humedad del aire no es, ni mucho menos, nueva.

El problema es el coste para la construcción del material. De momento no es suficientemente barato como para producirlo en masa, por lo que será necesario trabajar más en el tema para poder reducir costes.

Imagen de escarabajo del desierto de Namib, de Hans Hillewaert en Wikipedia

Parlor, encontrando usuarios afines para hablar de temas en común [Android – iOS]

Parlor

Siempre es interesante contar con personas con las que tener temas en común para poder conversar sobre los mismos, aunque no siempre será posible. Ahí­ es donde entra Parlor (Parlor.me), un servicio de mensajerí­a móvil que pone en contacto a personas con ideas afines para que puedan conversar sobre los mismos de manera individual y de manera anónima. Parlor indica sobre sí­ misma que es la primera red social de conversaciones.

Los usuarios tan sólo tendrán que seleccionar un tema de conversación y Parlor se encargará de poner en contacto con otro usuario con ideas afines para hablar sobre el mismo tema. Además, es posible hablar de cualquier tema y en cualquier momento, sin lí­mites de tiempo y de forma completamente gratuita.

Actualmente, existen aplicaciones móviles para dispositivos Android e iOS. Los requisitos de instalación de las correspondientes aplicaciones no son altos, por lo que puede abarcar a la mayorí­a de usuarios de dispositivos móviles bajo ambos sistemas móviles. Los comentarios recibidos en su ficha en la App Store son completamente positivos, y además, la valoración global en su ficha en Google Play es bastante alta.

Como ocurre en otras plataformas sociales, si hay algún usuario que comete algún tipo de abuso o mal comportamiento, se podrá marcarlo a modo de denuncia para que el sistema lo tenga en cuenta. De esta manera, si alguna persona no encuentra personas adecuadas para hablar sobre sus temas favoritos, igual puede hablar con otras personas de forma anónima a través de Parlor

La Estación Espacial comparada con un campo de fútbol

En el Twitter de la NASA acaban de publicar una imagen que llama la atención en estas fechas, cuando millones de personas se pegan delante de la tele viendo campos de fútbol.

Se trata de una comparación entre el tamaño de la Estación Espacial Internacional con un campo de fútbol, imagen que podéis ver en la captura superior y ya publicada en nasa.gov.

La estación, incluyendo sus paneles solares, se extiende por todo el campo. Pesa más de 400.000 kg, es enorme, pero solo tiene espacio habitable comparable a una casa de seis habitaciones convencionales. Tiene solo dos cuartos de baño, un gimnasio y un mirador de 360 ”‹”‹grados, pero en tamaño, pocos le ganan.

Cientí­ficos descubren la existencia de grandes cantidades de agua en el interior de la Tierra

Al parecer, un grupo de investigadores de la Universidad de Northwestern ha encontrado importantes indicios que pondrí­an de manifiesto la existencia de una enorme reserva de agua en el interior de la Tierra. Esta reserva que serí­a bastante importante, ya que se estima que podrí­a ser tres veces mayor que el volumen actual de los océanos de la superficie de terrestre.

Steven Jacobsen es el lí­der de un equipo de alrededor de 2.000 sismógrafos que se encargan de estudiar cómo se comportan las ondas sí­smicas generadas por los terremotos en el interior la Tierra. Gracias al estudio de estas ondas, se sabe que la velocidad de las mismas cambia según el tipo de roca que están atravesando. Para realizar el experimento del que hablamos, Jacobsen y su equipo utilizaron un pequeño trozo de ringwoodita que fue encontrado dentro de un diamante expulsado del interior de la Tierra por un volcán. Al someter a este trozo de ringwoodita, -la única muestra que existe de dentro del interior de la Tierra- a las condiciones a las que se encuentra en el interior del planeta, este grupo de cientí­ficos observó que las ondas se comportaban de un modo distinto al habitual. Finalmente, tras someter al mineral a estas condiciones, se averiguó que contení­a una enorme cantidad de agua en su interior. Este hecho tiene una explicación, y es que, al parecer, la ringwoodita actuarí­a a modo de esponja, por lo que es capaz de absorber y almacenar una enorme cantidad de agua en su interior. A pesar de ello, debido a las condiciones a las que están sometidas estas rocas y las intensas temperaturas del interior del planeta, el agua acumulada en el interior es totalmente inaccesible, ya que la tecnologí­a actual no permite su recogida.

El grupo de cientí­ficos que lleva a cabo la investigación espera que este descubrimiento permita ayudar a los cientí­ficos a averiguar de donde proviene el agua de los océanos, aunque, a pesar de ello, se trata únicamente de un comienzo y quedarí­a mucha investigación por delante.

Imagen: Jon Taylor de Flickr

Fuente: sciencemag

MIT trabaja en un sistema de calefacción que calienta solo las áreas ocupadas por cuerpos de personas

imagen infrarrojo

Los sistemas de calefacción actuales usados en los edificios calientan recintos, no personas, gastan mucha energí­a en mantener volúmenes enormes a una temperatura adecuada, cuando lo único que es necesario es que las personas que allí­ se encuentren sientan la temperatura deseada.

Calentar únicamente el espacio ocupado por un cuerpo en movimiento, dejando el resto del recinto a temperatura ambiente, puede parecer imposible, pero es en eso en lo que han estado trabajando en el MIT Senseable City Lab, en dispositivos suficientemente inteligentes como para detectar a las personas, monitorizar su movimiento y enviar calor a esa zona, sin gastar más energí­a de la estrictamente necesaria.

El artí­culo C. Martani, et al., ENERNET: Studying the dynamic relationship between building occupancy and energy consumption, Energy Buildings (2012), doi:10.1016/j.enbuild.2011.12.037, publicado en PDF, fue la base del proyecto ahora analizado en forbes, muestra como el sistema de seguimiento de movimiento, basado en Wi-Fi, funciona en tiempo real, enviando datos desde el techo a los focos que irradian calor, paneles con lámparas de calor infrarrojo. Estas «bombillas de calor» se proyectan directamente sobre los ocupantes, con la ayuda de espejos y motores rotativos.

El sistema se estrenó la semana pasada en la Feria de Arquitectura de Venecia, aunque de momento solo es un prototipo.

Imagen de shutterstock.com

El MIT desarrolla un modo de ocultar objetos casi perfecto

La invisibilidad y las técnicas avanzadas de camuflaje siempre han sido algo que ha despertado el interés de la sociedad. El mundo está lleno de objetos antiestéticos que serí­a mejor ocultar a la vista, tales como andamios, aparatos mecánicos y otros muchos objetos. La idea del MIT, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, es justo esa, el poder ocultar todo tipo de objetos de la vista con el fin de que no sean vistos por nadie.

Para ello, han descubierto el modo de crear una especie de cubiertas de camuflaje imprimibles, que serí­an capaces de ocultar una gran cantidad de objetos gracias a unos complejos algoritmos, algo así­ como una especie de capa de invisibilidad al más puro estilo Harry Potter. Estos algoritmos serí­an los encargados de analizar el objeto que pretendemos ocultar, así­ como su entorno, con el fin de construir una imagen que combinarí­a y se adaptarí­a bastante bien al objeto. El problema con el camuflaje de objetos es que lograr ocultar algo por completo a los ojos humanos y que funcione independientemente del ángulo desde el que la persona lo mire es extremadamente complicado. No serí­a útil ocultar un objeto si tan solo permanece oculto si se mira desde una determinada posición o ángulo, ya que las personas nos movemos con total libertad en el entorno. Por ello, es en la multitud de ángulos diferentes desde los cuales se puede observar un determinado elemento donde reside la complejidad que tiene que resolver este algoritmo. Este se encarga de analizar los diferentes puntos de vista del espectador con el fin de averiguar cual serí­a la mejor imagen que harí­a que el objeto quedase oculto. Para llevar a cabo este análisis, se toman entre 8 y 20 fotografí­as desde diferentes ángulos. Tan pronto se han obtenido las imágenes, el algoritmo se encarga de encontrar el modo de combinar el objeto haciendo uso del entorno. Para ello, se tienen en cuenta la textura, el color, la forma, etc.

Para demostrar el funcionamiento del sistema se hizo la prueba que podemos ver en la imagen superior, en la que se intenta ocultar un cubo en una estanterí­a. Como podemos apreciar, -o más bien no se aprecia- el cubo se oculta por casi a la perfección. Si bien es cierto que podemos detectar donde se encuentra el objeto, se trata de un gran avance para el camuflaje que podrí­a dar mucho más de sí­ en un futuro.

Os dejamos con el video:

Crédito de la imagen: MIT

El Instituto Cultural de Google lanza el Proyecto de Arte Urbano

Proyecto de Arte Urbano

En muchas de nuestras ciudades, podemos encontrarnos con muros y fachadas de edificios donde se han plasmado obras artí­sticas de todo tipo, que van desde la simple expresión cultural hasta el propio reflejo crí­tico de la sociedad. Hay casos que estas obras las podemos ver a simple vista, y otras, que son simples detalles a los que deberemos prestar suficiente atención. También podemos encontrarnos con obras que hace uso del entorno para engañar al ojo, lo que se llama la técnica del trampantojo.

Pues bien, hoy nos encontramos con el lanzamiento del “Street Art Project”, proyecto desarrollado y lanzado por el Instituto Cultural de Google, que ha contado con la colaboración de 30 expertos de 15 ciudades del mundo, quienes han sido los encargados de seleccionar las 5.000 imágenes que conforman esta colección. El blog corporativo de Google para América Latina señala que 1.175 de las 5.000 imágenes de dicha colección corresponden al arte urbano de la propia región.

El acceso a la colección se realizará a través de g.co/streetart, aunque aquellos usuarios que desean conocer las técnicas y conocimientos empleados, podrán conocerlos a través de los propios artistas a través de los ví­deos disponibles en la página de Escucha las calles, dentro de la sección “detrás de escena”.

Es probable que en algunas de nuestras ciudades tengamos obras artí­sticas que no están reflejadas dentro de esta colección, la cual esperemos que en algún momento puedan incluirlas. La citada publicación apunta al final a un centenar de exposiciones organizadas por 30 socios, en las cuales se pueden aprender acerca de los orí­genes del movimiento de arte urbano, o como ésta es usada para revitalizar zonas degradadas de las ciudades, entre otros.

¿Te gustarí­a diseñar una base en Marte para la NASA? Ahora puedes hacerlo

Si desde siempre te has sentido atraí­do por la NASA y los muchos proyectos espaciales que tienen lugar en la actualidad, el poder trabajar para esta agencia y colaborar con ellos significarí­a mucho para ti. Pues bien, puede que hoy estés de enhorabuena, y es que Makerbot ha puesto en marcha una competición en colaboración con el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (Nasa’s Jet Propulsion Laboratory) a la que han denominado ‘MakerBot Mars Base’, que te permitirá compartir tu talento con esta agencia del gobierno estadounidense.

Para ello, lo único que habrás de hacer es diseñar una base para futuros visitantes del planeta Marte, teniendo en cuenta las extremas temperaturas, la radiación, las tormentas de polvo… En definitiva, crear un lugar habitable y confortable para los habitantes de la Tierra que en el futuro visiten el planeta rojo. Por supuesto, no todo el mundo tiene los conocimientos técnicos necesarios para diseñar un lugar habitable teniendo en cuenta todos estos complejos factores, pero la NASA está dispuesta a escuchar todos los puntos de vista, independientemente de su enfoque técnico. Con ello, pretende inspirar a la próxima generación de astronautas. Y para fomentar la participación de la gente están ofreciendo un más que suculento premio: una impresora 3D, la conocida como MakerBot Replicator 2 Desktop 3D Printer. La competición comenzó el 30 de mayo, y finalizará el 12 de junio. Por el momento, la NASA ha recibido 70 diferentes diseños y propuestas para esta futura base en Marte.

No es la primera vez que se relaciona de algún modo u otro la impresión 3D con la vida en el espacio. De hecho, se está trabajando en un proyecto que involucra la investigación espacial y la impresión 3D que lleva por nombre ‘SinterHab’. Este proyecto permitirí­a a robots utilizar el polvo lunar para ‘imprimir’ bloques que podrí­an ser utilizados para construir bases espaciales. Además, la NASA lanzará su primera impresora 3D este mismo año, por lo que los diseños del concurso que mencionamos podrí­an ser probados de primera mano.

Los centros de datos de Google se hacen más eficientes ellos mismos

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Jim Gao, ingeniero en el equipo de data centers de Google, ha estado trabajando en el aprendizaje de máquinas, en particular el tema de las redes neuronales, y ha logrado aumentar considerablemente la ya alta eficiencia energética de los centros de datos de Google valiéndose para sus modelos predictivos de la capacidad de los datacenters para generar y ahora también autoanalizar sus í­ndices de eficiencia.

Las variables que influyen en esos í­ndices de eficiencia relacionan datos como la temperatura de los servidores, la del aire exterior y la de la demanda por parte de las IT, siendo registradas cada 30 segundos y resumidas en una medida tí­pica general llamada PUE (Power Usage Effectiveness, una relación entre gasto energético y su aprovechamiento real en IT). Pues bien, lo que ha logrado este genio de nombre Jim Gao es establecer modelos que predicen la eficiencia energética para su mejorí­a luego de determinadas acciones, modelos que han conseguido hasta un 99.6% de efectividad.

Para más información, especialmente para quienes trabajan en áreas relativas a los centros de datos y deben enfrentarse a diario con el enfriamiento de la infraestructura de servidores y la optimización de la eficiencia energética, se ha dispuesto un artí­culo completo titulado Machine Learning Applications for Data Center Optimization (PDF) en el que se explica al detalle la metodologí­a, su base estadí­stica, ejemplos reales de lo conseguido y finalmente algunas conclusiones, limitaciones y referencias extra.

Ahorro y dinero destacan en el blog oficial de Google es lo que representa el importante trabajo de Jim Gao el cual, como Gmail y otros grandes productos de la compañí­a, ha sido conseguido gracias al aprovechamiento del 20% del tiempo que brinda Google a todos sus empleados para que lo inviertan en ideas personales, sólo el restante 80% en el desarrollo de ideas para la compañí­a.

Crédito de imagen: Datacenter de Google en Dallas – Blog oficial de GoogleGoogle.com/datacenters

Un submarino ‘wearable’ permitirá rescatar el ordenador más antiguo del mundo

Desde que hace un tiempo se empezase a oí­r hablar acerca de los ‘wearables‘, hemos pasado por pulseras, relojes, gafas inteligentes… pero hoy hablamos del que probablemente sea el ‘wearable’ más sorprendente de todos: un submarino. Aunque pueda parecer algo de ciencia ficción, se trata de algo completamente verí­dico y llega con un objetivo de lo más sorprendente: rescatar uno de los ordenadores más arcaicos y primitivos de la historia: el mecanismo de Antikythera.

El traje submarino robótico más avanzado del mundo está listo para ayudar a completar esta complicada tarea. Se espera que esté ‘wearable‘ permita a los operadores trabajar de forma segura en profundidades de hasta 300 metros bajo el nivel del mar, donde naufragó un antiguo barco romano frente a la isla griega de Antikythera en el Mar Egeo, isla que da nombre a este dispositivo. Este antiguo producto es una calculadora mecánica antigua de bronce que fue diseñada con el objetivo de prever la posición del Sol y la Luna y predecir los eclipses. La primera unidad fue encontrada hace un siglo, y ahora esperan encontrar otra más, tarea en la que este traje submarino será de gran utilidad debido a las complicadas condiciones.En un principio, el traje submarino, conocido como ‘Exosuit’ fue diseñado para facilitar los accesos al interior de las plantas de tratamiento de agua de Nueva York, pero en esta ocasión, como vemos, su objetivo será totalmente diferente.

El Exosuit está fabricado en una aleación de aluminio con varios puntos de articulación que permitirán a los buceadores mover sus brazos y piernas con total libertad. La presión en el interior del traje no es diferente a la de un submarino o a la de la superficie terrestre al aire libre, por lo que podrí­as ponerte el traje, pasar 5 horas en el fondo del mar, y volver a la superficie sin ningún inconveniente. Un cable umbilical directamente conectado al barco proporciona la energí­a suficiente para hacer funcionar los propulsores horizontales y verticales con los que cuenta para moverse una vez se ha sumergido. Este cable también se encarga de transmitir voz, video, y demás datos, por lo que permite que la situación esté controlada en todo momento. Además, el Exosuit cuenta con un complejo sistema que elimina el dióxido de carbono del aire exhalado, lo que permite hasta cincuenta horas de funcionamiento.Por si todos los sistemas anteriores fallasen, cuenta con una baterí­a de seguridad que le permitirí­a seguir en funcionamiento hasta que fuese rescatado.

Sin duda se trata de un invento que podrí­a facilitar mucho no solo esta, sino innumerables tareas similares en las que las profundidades y complicadas condiciones impiden el acceso humano. Aún así­, no se trata de un traje apto para todos los bolsillos, ya que vestir este submarino cuesta 1,5 millones de dólares.