Hoy en día es difícil imaginar el mundo en algunas regiones sin acceso a Internet, y en parte se lo debemos a Tim Berners-Lee, el inventor de la Web. Hoy le darán el premio Turing, un honor que reconoce los logros históricos de un informático, y en The Washington Post han hablado con él aprovechando la ocasión.
Por un lado ha comentado asuntos relacionados con la privacidad, mostrándose preocupado por la ley que permite a los ISP vender los datos de navegación de sus usuarios. Indica que tiene esperanzas de que se den cuenta de que eso es algo inapropiado, y cree que en caso contrario habrá una protesta masiva.
Sobre el uso de VPNs indica que no es la solución. No usa ni cree que nadie deba usar una VPN, ya que es una forma de rodear un problema, no de atacarlo. Le gustaría que el mundo luchase para conseguir que la privacidad sea algo natural, que no sea necesario usar «trampas» como VPNs para conseguir algo que en teoría es un derecho.
Respondiendo a la pregunta de qué haría si tuviera que diseñar todo desde cero, indica que habría trabajado más en el tema de autenticación y ser identificados y no identificados:
[…] hay algunas partes en las que necesitamos ser verificados, y hay lugares donde los denunciantes necesitan tener el anonimato. Necesitamos construir sistemas que nos permitan entender eso mejor.
Por desgracia, las grandes empresas que gestionan las redes, y la mayoría de los gobiernos, no opinan lo mismo que él.