Crean consola retro de reducidas dimensiones que además es centro multimedia y ordenador

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A pesar del realismo y posibilidades interactivas que brindan las consolas de ví­deo-juegos de última generación nunca está de más recordar aquellos juegos clásicos de aquellas consolas que han marcado los años 80 y 90. En este aspecto, desde Doyodo, una compañí­a emergente con sede en Santa Mónica, han lanzado RetroEngine Sigma, una consola de diseño retro de reducidas dimensiones, la cual cabe en la palma de la mano, que permitirá jugar a muchos de los juegos clásicos que se hayan podido disfrutar en su momento en las mencionadas consolas.

RetroEngine Sigma es también un centro multimedia con capacidad de reproducción de ví­deos bajo resolución 4K, y además es un ordenador de escritorio con el que se pueden realizar acciones como navegar por la web, escribir en procesadores de textos, y mucho más, teniendo precargado como sistema operativo la distribución de Linux Armbian. Los usuarios que comiencen por primera vez con RetroEngine Sigma tan sólo tendrán que seguir unos sencillos pasos guiados para su configuración mediante sus dispositivos móviles.

Realizada la configuración, ya podrán estar preparados para comenzar a jugar con los más de 15 juegos que RetroEngine Sigma tiene precargado además de poder optar por instalar miles de juegos pertenecientes a consolas clásicas. Para ello, existe una versión inicial que cuenta con 16 GB de almacenamiento y una avanzada, llamada Deluxe, que cuenta con Bluetooth, controlador extra y 32 GB de almacenamiento interno.

Por ahora, la única posibilidad de adquirir una unidad de RetroEngine Sigma se encuentra a través de la campaña que Doyodo ha abierto esta misma semana en Indiegogo. Sobre este aspecto cabe señalar que es tal el interés que ya hay recompensas agotadas, habiéndose superado la meta de los 20.000 dólares más de un 1.500%, y eso que queda aún un mes de campaña. Los enví­os oscilarán entre los meses de abril y junio con posibilidad de realizarse a cualquier parte del mundo.

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