En la Realidad virtual hay algunas variables que permiten que la experiencia sea más o menos realista. Una de ellas es la posibilidad de que el dispositivo que tenemos conectado (casco o gafas) sea capaz de ver hacia donde estamos mirando, no solo hacia donde estamos moviendo la cabeza, para ofrecer uno u otro contenido, y es por ello por lo que las grandes empresas están invirtiendo en esta función.
Ahora es Google la que compra Eyefluence, compañía fundada en 2013 y que ya había recaudado 21,6 millones de dólares en fondos de inversores, aunque no han indicado la cantidad por la que Google la ha adquirido.
Google está muy concentrada con el lanzamiento de su plataforma de Realidad Virtual Daydream, y quieren pensar en todos los temas tanto para la primera versión como para las que puedan ir apareciendo en futuras mejoras. La tecnología de Eyefluence ayudará a crear gafas de VR sofisticadas, con recursos aún no disponibles en la competencia, aunque será muy difícil que el know-how de Eyefluence pueda percibirse en la primera versión de Daydream.
El objetivo es que podamos activar menús y opciones con los ojos, sin necesidad de mover el cuello, como si de un ratón se tratara, algo que ya hacen compañías como FOVE, entre otras.
Como siempre, será el mercado del software el que consiga aprovechar al máximo esta tecnología, tanto con juegos como con aplicaciones, y aún estamos algo verdes en este sentido.